Crítica: Giuseppe Mengoli dirige partituras de Brahms y Mahler con la Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia

Excelente reanudación de temporada

Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 16-IX-2025. Auditorio Manzoni. Temporada sinfónica del Teatro Comunale. Concierto en la menor para violín, chelo y orquesta , op. 102 de Johannes Brahms. Sinfonía n. 1 en re mayor de Gustav Mahler. Violín: Marco Rizzi. Violonchelo: Enrico Bronzi. Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia. Director: Giuseppe Mengoli.

   Tras la larga pausa estival, la Temporada Sinfónica del Teatro Comulale retoma su pulso. Dirige el concierto Giuseppe Mengoli, que debutó como director en 2018 en el podio de la Gustav Mahler Jugendorchester. Dábamos por descontada su experiencia sabiéndole ganador del primer premio del “Concurso Mahler” y director de la Bamberger Symphoniker y otras importantes orquestas. Ha sido Primer violín de la Mahler Jugendorchester y de la Filarmonica Toscanini y ha estudiado percusión, piano, trompa y música jazz además de ser compositor. 

   Mengoli ha propuesto el Concierto en la menor, chelo y orquesta de Brahms que fue compuesto en 1887 en Thun, a orillas del lago suizo homónimo, donde el compositor pasaba el verano habitualmente. El 23 de septiembre consiguió organizar una ejecución privada en Baden-Baden y los solistas fueron el violinista Joseph Joachim y el violonchelista Robert Hausmann, debutando en público el 18 de octubre en Colonia. con los mismos solistas y director. 

   El primer movimiento (Allegro) está dividido en dos momentos: el primero confiado a la orquesta y el segundo a los solistas que dialogan entre ellos. La cola resume todo el material temático del fragmento y la flauta y las cuerdas en pizzicato introducen el segundo tema. El segundo movimiento (Andante) está dominado por un fuerte lirismo. El motivo principal está presentado por las flautas, clarinetes y fagotes. El tercer movimento (Vivace non troppo) funde elementos del rondó y de la sonata, mientras la sonoridad se apaga poco a poco antes de la rápida conclusión orquestal. 

   Magnífica la música de los dos solistas, aplaudidos hasta conceder un bis. El violinista Marco Rizzi ha sido premiado en el concurso Tchaikowsky de Moscú, en el Elizabeth Queen de Bruselas y en la Indianapolis Violin Competition y a continuación, por indicación de Claudio Abbado, con el Europäischen Musikförderpreis. El violonchelista Enrico Bronzi, fundador del Trío de Parma en 1990, es protagonista desde el 2001 de una intensa actividad solística, colaborando con directores como Claudio Abbado y Christoph Eschenbach y con músicos como Marta Argerich y Gidon Kremer. 

   En la segunda parte de la velada hemos escuchado la Sinfonía titán de Mahler, que inicíó a trabajar sobre la misma en 1884 con solo 24 años. Se estrenó el 20 de noviembre de 1889 dirigida por el propio compositor, que era director de la Ópera de Budapest. Mahler definió su obra «un poema sinfónico en forma de sinfonía» dividida en dos partes y cinco movimientos. 

   La sinfonía inicia con una introducción lenta que representa el despertar de la nuturaleza en el alba. El segundo movimiento refleja el tradicional scherzo con ritmos de danzas moravianas intercalados por ritmos de vals. El tercer movimiento inicia con una marcha fúnebre, pero los toques del timbal, el sonido del oboe y de los demás instrumentos crean una música muy original. La marcha presenta dos nuevos episodios: el primero recuerda un canto judío popular y el segundo retoma el tema de la última estrofa. La sinfonía concluye con una síntesis triunfal de himno, marcha y fanfarria. Mahler revisó la partitura para la ejecución definitiva en Berlín en 1896. El público que abarrotaba la sala ha aplaudido y ovacionado largamente al director y orquesta.

Foto: Andrea Ranzi