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Crítica: Jordi Bernácer dirige páginas de Wagner, Britten y Tchaikovsky en Bolonia

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Autor: Magda Ruggeri Marchetti
4 de mayo de 2025

Crítica del concierto ofrecido por el español Jordi Bernácer en Bolonia, al frente de la Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia

Crítica: Jordi Bernácer dirige páginas de Wagner, Britten y Tchaikovsky en Bolonia

Una música magnífica

Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 30-IV-2025. Auditorio Manzoni. Temporada sinfónica del Teatro Comunale. Siegfried-Idyll WWV 103 de Richard Wagner. Matinées Musicales op. 24 de Benjamin Britten. Sinfonía n. 4 en Fa menor op. 36 de Piotr Ilich Tchaikovsky. Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia. Director: Jordi Bernàcer.

   El concierto tenía que haber sido dirigido por Daniel Oren, pero a causa de indisposición fue substituido por el español Jordi Bernàcer, que ha colaborado con grandes directores de orquesta como Riccardo Chailly y Zubin Metha por citar solo dos. Desde hace tres temporadas es Director Residente de la San Francisco Opera. 

   El concierto inició con el Idilio de Sigrido, compuesto en diciembre de 1870 y estrenado el 25 de ese mes en la villa de Wagner en Tribshen, dirgido por el propio compositor y dedicado a su mujer Cosima. El Idilio sinfónico fue el regalo de un marido feliz que Wagner ofreció a su esposa el dia de su cumpleaños. Había preparado todo para darle una sorpresa y Cosima se despertó con aquella música ejecutada por una orquesta de trece músicos que Richard había colocado en las escaleras. Es una página llena de conmoción escrita en un momento de gran felicidad. Debía ser una celebración íntima familiar, una especie de simple serenata, pero aun ejecutada en la privacidad de una casa es siempe el estreno de una música de Wagner entretejida de imágenes, de recuerdos y de un amor profundo. Una música construida sobre dos temas que confluirán en el tercer acto del Siegfried. Wagner vendió posteriormente los derechos al editor Schott ampliando el orgánico a treinta y cinco instrumentistas. 

    El director propuso a continuación las Matinées Musicales de Britten, compuestas en junio de 1941 y estrenadas en el Teatro Municipal de Rio de Janeiro el 27 junio de 1941 dirigidas por Emanuel Balaban. La suite de cinco movimientos sobre temas de Rossini elaborados libremente eran para un espectáculo para la American Ballet Company. La marcha inicial utiliza motivos de las danzas del primer acto del Guillaume Tell con magníficos sonidos a cargo de trompas y trombones. El Notturno es una melodía delicada y ensoñante. El Vals brilla por el sonido de los violonchelos y los clarinetes, mientras la Pantomima está realizada por el clarinete y la flauta. El Moto perpetuo final,  que tiene el subtítulo ”Solfeggi e gorgheggi”, es una reproducción de los célebres “Crescendo”. 

   En la segunda parte del concierto el director propuso la Sinfonía. n.4 de Tchaikovsky estrenada el 22 de febrero de 1878 en la Sociedad Musical rusa de Moscú dirigida por Nikolaj Rubinstein que ya había presentado las tres sinfonías precedentes. La Cuarta sinfonía está relacionada con Nadezhda von Meck, a quien la dedicó el compositor omitiendo el nombre pero escribiendo “a mi mejor amiga”. Tras su fallido matrimonio, Tchaikovsky hizo un largo viaje a Suiza e Italia, terminando la sinfonía a finales de 1877 entre Venecia y San Remo. La introducción al primer movimiento (Andante sostenuto) efectuada por trompas y fagots representa el fatum y constituye un tema que encontramos en todo el movimiento, pero después entra un nuevo tema propuesto por el clarinete. El movimiento concluye en un fortissimo paroxismo arrollador. El Andantino in modo di canzona se basa en un tema confiado al oboe sobre el pizzicato de las cuerdas recordando una canción popular rusa. A continuación clarinetes y fagots introducen un nuevo tema danzante y el movimiento termina en pianissimo. El tercer movimiento (Scherzo-Pizzicato ostinato - Allegro) no expresa sentimientos sino imágenes caprichosas indefinidas y, mientras toda la orquesta parece detenerse, se da rienda suelta a los pizzicati de las cuerdas con gran variedad de acentos. El final (Allegro con fuoco) se basa en el contraste entre la música de las cuerdas y el tema cantable introducido por las flautas y clarinetes derivado de otra canción popular rusa. Los dos temas se alternarán varias veces para terminar con alegre vitalidad.

   La óptima orquesta del Teatro Comunale ha seguido con precisión las indicaciones del Director y el público que llenaba la sala ha aplaudido y ovacionado repetidamente.

Foto: Andrea Ranzi

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