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Crítica:  Julia Fischer y The Academy of St Martin in the Fields en Ibermúsica

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Autor: Raúl Chamorro Mena
8 de febrero de 2024

Crítica de Raúl Chamorro Mena del concierto de Julia Fischer y The Academy of St Martin in the Fields en Ibermúsica

Julia Fischer y The Academy of St Martin in the fields en Ibermúsica

La gran Julia Fischer y la acrisolada tradición de la Academy of St Martin in the fields

Por Raúl Chamorro Mena
Madrid, 6-II-2024, Auditorio Nacional. Ciclo Ibermúsica. Romanza para violín y pequeña orquesta núm. 1, op. 40 (Ludwig van Beethoven). Sinfonía núm. 5, D. 485 (Franz Schubert). Romanza para violín y pequeña orquesta núm. 2, Op. 50 (Ludwig van Beethoven). Verklärte Nacht-Noche transfigurada, Op. 4 (Arnold Schoenberg). The Academy of St Martin in the Fields. Julia Fischer, solista y directora. 


   Nada menos que 146 conciertos desde 1973 suma The Academy ST Martin in the Fields, la orquesta fundada en 1958 por Sir Neville Marriner, en Ibermúsica, tal y como comentaba Clara Sánchez al comienzo del evento. En esta ocasión volvía a comparecer con la excelsa virtuosa Julia Fischer, no sólo una de las mejores violinistas de la actualidad y equiparable a los grandes de la historia, también una estupenda pianista, en definitiva, un magnífico músico. 

   Después de la romanza núm 1 para violín de Beethoven, compuesta después de la primera, pero publicada antes, en la que pudo apreciarse, desde las afinadísimas dobles cuerdas iniciales, el sonido diamantino, cuidado y mórbido del violín de la Fischer, además de su fraseo y contrastes dinámicos, la orquesta, con la alemana como primer violín y directora, abordó la muy mozartiana Sinfonía número 5 de Franz Schubert. 

   La interpretación de la deliciosa pieza atesoró fondo musical y sentido de las proporciones. Equilibrio en el primer movimiento, cantabilità en el segundo, ritmo en el minueto y ligereza en el allegro final, pero faltaron contrastes, resultando un acabado impecable, con bello y radiante sonido, pero un tanto plano. A ello se añade que no pudimos disfrutar del arte de la Fischer integrada en los violines y sin pasajes de violín solo con los que lucirse. 

Julia Fischer y The Academy of St Martin in the fields en Ibermúsica

   La romanza para violín número 2 del genio de Bonn data de 1798, anterior pues a la número 1 (1802), pero publicada después y demuestra que Beethoven también conocía bien y amaba el violín. La pieza, de mucho más lucimiento que la romanza número 1, posibilitó a la Fischer dar una lección de dominio del arco, técnica, afinación perfecta, sonido áureo, aterciopelado y fraseo elegante, de altísima escuela, engalanado con hermosísimos contrastes dinámicos. 

   Originalmente destinada a sexteto de cuerda y posteriormente orquestada y revisada, la noche transfigurada es una obra juvenil -1899- de Arnold Schoenberg perteneciente a su período postromántico. Basada en un poema de Richard Dehmer narra la historia de una mujer que confiesa a su amante, junto al que camina por el bosque, que está embarazada de otro. El hombre asume al niño que será transfigurado, al igual que él mismo, por amor y se convertirá en su propio hijo. Obra por tanto, de clara inspiración romántica, influjo Wagneriano, Tristán e Isolda muy presente, con una escritura llena de cromatismos y en la que la tonalidad se violenta hasta el extremo. Espléndida versión de la fascinante pieza la que ofreció Julia Fischer al frente de la magnífica Academy of St Martin in the fields. Bien construida y contrastada, con tempi ágiles, sonido aquilatado y transparente, la música fluyó impecablemente con una pulsión expresionista y de honda humanidad plasmada en bien administrados clímax que crearon un ambiente de gran emotividad en la sala. Un clima que fue, lamentablemente, roto por los prematuros aplausos de parte del público. Además de la clarividente guía de la Fischer, pudo disfrutarse de sus fabulosos solos de violín, no quedándose atrás, por cierto, el espléndido solista de viola. 

   Como propina se interpretó la gavota de la suite para cuerdas, obra muy temprana (¡¡¡1877!!!) de Leos Janacek.

Fotos: Rafa Martín / Ibermúsica

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