Crítica de José Antonio Cantón del concierto de la Sinfónica de la Región de Murcia con Lio Kuokman y Zuill Bailey
Equilibrio de técnica y musicalidad
Por José Antonio Cantón
Murcia, 30-X-2025. Auditorio y Centro de Congresos ‘Víctor Villegas’. Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (ÖSRM). Solista: Zuill Bailey (violonchelo). Director: Lio Kuokman. Obras de Camille Saint-Saëns y Sergei Rachmaninov.
Experiencia y determinación han sido las cualidades de los dos intérpretes invitados al tercer concierto de la presente temporada de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia [ÖSRM]; el violonchelista norteamericano Zuill Bailey y el director chino-macaense Lio Kuokman actuando con dos obras señeras en las que el romanticismo musical se manifiesta en dos de los mejores ejemplos de tal identidad de estilo que llegaron a alcanzar sus autores: el Primer concierto para violonchelo y orquesta en La menor, Op. 33 de Camille Saint-Saëns, y la Segunda sinfonía en Mi menor, Op. 27 de Sergei Rachmaninov, composiciones de gran aceptación para el público por el atractivo contenido melódico que contienen sus pentagramas.
Lo primero que llamaba la atención de la obra concertante es la actitud de absoluta suficiencia del solista que asumía su interpretación, extrayendo el mejor sonido de su extraordinario instrumento, construido por lutier nacido en Bresanona (Alto Adigio) Matteo Gofriller el año 1693, conocido por el sobrenombre del ‘Rosette’, anteriormente propiedad de Mischa Schneider componente del Cuarteto de Cuerdas de Budapest, una de la formaciones de cámara de mayor consideración artística a lo largo de más cincuenta años del pasado siglo XX. Su dominio de la obra quedó de manifiesto desde los primeros compases, entre otras circunstancias, como resultado de un concepto compartido con el director, que supo asumir su función dialogante desde un preciso sentido camerístico propiciándose de tal modo plena coordinación de discurso entre la orquesta y el solista.
Así se desarrolló la impetuosa melodía de presentación del primer tiempo para derivar posteriormente en una tensión controlada que le permitió al solista destacar los cambios tonales y el contraste de sus sucesivas dinámicas, acompasadas siempre por una ajustada gradación expresiva del maestro Kuokman, como se pudo apreciar en la aceleración del final del primer movimiento. En el segundo se percibió el alto grado del sentido musical que poseen ambos intérpretes acompasando las armonizaciones que propone el compositor francés que llevaba al violonchelista a exhibir lo mejor de su técnica con una facilidad digna de admiración por la sobrada capacidad en saber poner su virtuosismo al servicio de la música. Tras un breve descanso, que sirvió para recuperarse, Zuill Bailey afrontó el tiempo final del concierto con una determinante reafirmación temática en la coda, manifestando con sugerente matización la concepción cíclica de esta obra. El público reconoció el arte del violonchelista, ganador de un Premio Grammy el año 2017 con la composición Cuentos de Hemingway del compositor norteamericano Michael Daugherty, obra que se puede encontrar en la colección ‘American Classics’ del sello fonográfico NAXOS, correspondiendo a sus aplausos con dos bieses: una muy sentida versión de la canción popular navideña de Cataluña El cant dell ocells, que apuntaba ciertos visos de pequeña cita homenaje al inolvidable Pau Casals, que la fue difundiendo por el mundo entero prácticamente tras cada una de sus actuaciones, y el Preludio de la Primera Suite en Sol mayor, BWV 1007 Juan Sebastián Bach, significando ambos todo un espléndido final a su actuación.
La segunda parte del concierto se manifestó con el mismo grado de interés que tuvo la primera, dada la dirección modélica de la Segunda Sinfonía en Mi menor, Op, 27 de Sergei Rachmaninov, obra clave en el reencuentro creativo del compositor consigo mismo después del poco éxito alcanzado con su primera sinfonía. Haciendo un ejercicio de análisis adecuadamente reflejado en su cinética ante los músicos de la orquesta, Lio Kuokman transmitió, ampliamente contrastado en su gesto, el intenso desarrollo del primer movimiento. Enfatizó el aire de scherzo del segundo, descubriendo los vectores de su contundencia sonora que exige su exposición, propiciando que la orquesta alcanzara uno de los momentos más brillantes de su actuación. En el tercero hay que hacer una gran valoración del extenso solo del clarinetista principal de la formación que fue muy aplaudido por sus compañeros junto al público cuando el director lo señaló como elemento destacado de la ÖSRM, pasaje que el director quiso enfatizar por su marcado lirismo, para terminar la lectura de esta sinfonía en un final exuberante con el que este director nacido en Macao demostraba por qué está muy solicitado internacionalmente como valor seguro de aportación en el pódium que llegue a ocupar dado el equilibrio que demuestra entre una capacidad artística más que demostrada y una preparación técnica que ha sido cultivada en las dos instituciones musicales más prestigiosas de Estados Unidos de América como son The Juilliard School de Nueva York y su homóloga en la ciudad de Filadelfia, el Curtis Institute of Music, lo que significa toda una garantía y mucho sobre la calidad de los músicos invitados de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.
Fotos: OSRM
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