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Crítica: Lorenzo Passerini y Ettore Pagano con la Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia

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Autor: Magda Ruggeri Marchetti
22 de mayo de 2023

Crítica del concierto de Lorenzo Passerini al fente de la Orquesta del Teatro Comunale con Ettore Pagano como solista

Lorenzo Passerini y Ettore Pagano con la Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia

El talento de un violonchelista

Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 6-V-2023, Auditorium Manzoni. Temporada sinfónica del Teatro Comunale. Abu Hassan J.106 de Carl Maria von Weber. Concierto-rapsodia para violonchelo y orquesta de Aram Khachaturian. Sinfonía nº 2 en do menor op.17 «Pequeña Rusia» de Tchaikovsky. Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia. Violonchelista: Ettore Pagano. Director: Lorenzo Passerini.

   Lorenzo Passerini nació en 1991, comenzó en 2010 los estudios de dirección de orquesta con famosos maestros y ha sido asistente de Nicola Luisotti. Entre las orquestas dirigidas en sus primeros años recordamos la Orquesta Sinfónica de Milán y la Orquesta de la Fundación Arena de Verona. Su carrera internacional comenzó en 2019 substituyendo a Daniel Oren en la dirección de Tosca en el Teatro Regio de Turín, a la que siguieron Un ballo in maschera en el Teatro Real de Madrid y Aida en Sydney Opera House entre muchas otras. 

   Ettore Pagano, nacido en Roma en 2003, comenzó el estudio del violonchelo con  nueve años. Ganador de más de cuarenta premios en concursos nacionales e internacionales ha sido invitado a actuar en recitales en los teatros más importantes del mundo. En junio de 2022 ha ganado el primer premio del prestigioso concurso internacional «Chačaturjan» de Yerevan con el Concierto-rapsodia para violonchelo y orquesta del compositor armenio, propuesto también ahora en su debut en el Teatro Comunale.

    La velada empezó con la obertura de Abu Hassan de von Weber con su música festiva de aires turcos donde emerge el sonido de los vientos, los metales y los tambores. Siguió después el Concierto-rapsodia que se estrenó en Moscú el 14 de enero de 1961 con la orquesta sinfónica del estado dirigida por Evgeny Svetlanov y el violonchelo de Mstislav Rostropovich, a quien fue dedicada. Organizado en tres movimientos unidos sin pausa entre ellos, tras una introducción que presenta una música de aire folclórico, inicia el largo monólogo del solista con solo alguna breve intervención de la orquesta, que también cuando sucesivamente dialoga con el violonchelo no cubre nunca su canto. 

   Pagano ha empleado los puntos de enlace entre su instrumento y la orquesta como espacios de variación tímbrica y temática. La sucesión de momentos armónicos y dinámicos de melodía y pizzicati ha conferido gran vigor a la ejecución. El artista ha confirmado su profundo conocimiento y seguridad en el empleo de las posibilidades expresivas de su instrumento. El perfecto dominio del violonchelo y la extraordinaria interpretación han entusiamado al público que ha aplaudido y ovacionado al solista que ha concedido un bis, una página de Giovanni Sollima. 

    En la segunda parte de la velada Passerini propuso la Sinfonía nº 2 «Pequeña Rusia» compuesta entre junio y noviembre de 1972, bautizada «Ucrania» («pequeña Rusia»), que fue estrenada en Moscú el 26 de enero de 1873 dirigida por Rubinstein, pero después revisada, modificada y dirigida por el mismo compositor en Járkov en diciembre de 1893. Tchaikovsky, tras estancias en Moscú y en San Petersburgo, se estableció en Kamianka (Ucrania) donde residió durante 28 años, componiendo allí importantes obras como Capriccio Italiano, El lago de los cisnes y muchas otras. 

    La sinfonía comienza con una introducción lenta (Andante sostenuto) dominada por la melodía de la trompa basada en la canción popular ucraniana «Descendiendo por la madre Volga» con una sonoridad rítmica de los vientos de derivación también folclórica. El segundo movimiento (Andante marziale, quasi moderato) adopta una marcha nupcial seguida de una melodía entonada por las cuerdas, mientras el tercero (Scherzo: Allegro molto vivace) es una página llena de vitalidad y color. En el final (Moderato assai), elaborado sobre el motivo de otra canción popular ucraniana, “La Grulla”, la orquesta adquiere amplitud con un impulso de arrolladora sonoridad. Passerini dirigió esta difícil sinfonía de manera poco refinada, poniendo el acento en los elementos más ruidosos. Su labor discurrió de forma algo irregular, pero el público le aplaudió igualmente.

Foto: Andrea Ranzi

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