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MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ MARTÍNEZ, director: 'Sorozábal pensaba que 'Juan José' era su obra cumbre'

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Autor: Aurelio M. Seco
3 de febrero de 2016

“SOROZÁBAL PENSABA QUE JUAN JOSÉ ERA SU OBRA CUMBRE”

Una entrevista de Aurelio M. Seco
Fotografías: Fernando Frade


¿Cómo se ha desarrollado el proceso que ha desembocado en el anuncio de su nueva titularidad de la Orquesta y Coro de RTVE?

Llevaba bastante tiempo en gestación, porque incluso fue la dirección anterior la que me propuso la idea. En realidad yo ya no quería adumir más titularidades. Ya he hecho casi todo en el mundo de la música y, después de haberme casado, no quería tener grandes responsabilidades, pero claro, se trata de una orquesta con la que tengo una gran relación de toda una vida. Yo ya había sigo titular de la Orquesta y Coro de RTVE de 1984 a 1987 y, cuando me marché, fue por cuestiones extra artísticas.

¿Qué pasó entonces?

Lo que sucedió fue que la dirección de la orquesta cambió y quiso especializarla exclusivamente en música contemporánea, lo que dejaba poco espacio para un repertorio más tradicional, y yo no estaba dispuesto a eso, porque aunque yo apoyo a los nuevos compositores, sobre todo si son buenos, yo no estaba de acuerdo en que solamente hiciéramos música de autores vivos, fueran o no buenos, reduciendo el repertorio tradicional sinfónico casi al mínimo. Para la orquesta no era un cambio positivo.

Sin embargo, tras su marcha, no se desarrolló este proyecto.

Efectivamente, cuando asumió la titularidad Arpad Joó, debieron arrepentirse y se volvió a pensar en asociar la orquesta con un repertorio tradicional. Después vinieron unos años en los que no tuve tanto contacto con la orquesta. Venía de vez en cuando de invitado y no sé qué pasó después. Tras Joó vino Sergiu Comissiona, que también asoció la programación de la orquesta con un repertorio tradicional y, tras él, Adrian Leaper, que en mi opinión realizó una magnífica labor. Tras él vino la titularidad de Kalmar.

¿Cómo le ofrecen el puesto?

El ofrecimiento me lo realizó la dirección anterior a la que hay ahora, pero es ésta, la actual, la que lo ha llevado a cabo, con Mikaela Vergara como delegada, Ángel Sanchez Manglano desempeñando labores técnicas y Manuel Ventero, que es la persona que en realidad lo ha querido. Ventero es quien decidió continuar con la idea de la anterior dirección.

¿Qué le decidió a aceptar?

Como he dicho antes, no estaba interesado en adquirir una titularidad pero pensé que era con esta orquesta y además en España, donde mi esposa iba a estar muy contenta, y fue suficiente. La relación que la orquesta y yo hemos mantenido siempre ha sido tan especial que terminé por decir “sí”.

Su contratación ha sido puesta en duda por parte de la crítica de nuestro país.

En España siempre he tenido algún medio de comunicación enemigo,  por los motivos que sean. A mí me da lo mismo. Hay que tener en cuenta que han sido los músicos los que han impulsado esta elección. Desde hacía tres o cuatro años venían hablando conmigo sobre sus deseos de que volviera a la titularidad. Me decían que firmarían donde fuera para yo fuese su titular, y no hablo de dos o tres músicos sino de la mayoría de la orquesta.

¿Por qué cree que se expresaban de esta forma?

Sobre todo por mi forma de trabajar, porque ellos se encuentran conmigo con que se planifican bien los ensayos, no pierdo el tiempo y aprovecho hasta el último minuto y, cuando no es necesario ensayar más, termino antes de la hora. Además, el repertorio es el adecuado. Les trato con el respeto que se merecen. Un director debería saber siempre que lo que suena es la orquesta. Debemos tener la humildad suficiente y reconocer que aunque somos nosotros los que movemos la batuta, los que en realidad tocan son ellos.

¿Por cuánto tiempo ha firmado con la Orquesta y Coro de RTVE?

Hemos firmado un contrato por tres años prorrogable. Lo que tenemos que conseguir ahora con esta orquesta es mantener o elevar su nivel de calidad. Adrian Leaper realizó una gran labor con la orquesta, y consiguió jóvenes músicos de gran calidad que entraron en su época y la han enriquecido. Tengo que decir que la Orquesta y Coro de RTVE es la única española que ha aparecido en la televisión pública alemana dirigida por mí, con la Sexta sinfonía de Mahler, en 1985. La versión fue elegida entre otras realizadas por grandes orquestas como la mejor Sexta de Mahler. Fue una gran sorpresa y una de las satisfacciones que he tenido en mi carrera, aparte de las giras que hicimos en Suiza o Francia. En aquella época la orquesta ganó un prestigio internacional que hay que recuperar, y como yo tengo contactos internacionales vamos a hacer todo lo posible porque así sea.

¿Está previsto realizar una gira internacional?

Nos gustaría. Es algo que seguramente no será posible este año ni el siguiente, pero nos gustaría que así fuera, aparte de apoyar a los compositores actuales de calidad. En cualquier caso, la base de cualquier orquesta es el repertorio clásico, de Haydn, Mozart y Beethoven, porque permite que los músicos se escuchen entre sí y es la base para que la orquesta mejore su afinación y cualidades. No quiero decir con esto que sólo se vaya a hacer clasicismo, pero sí es una parte importante para una orquesta, igual que para la salud vocal de un cantante es fundamental interpretar obras de Mozart y Rossini.

El próximo viernes día 5 estrena la ópera Juan José, de Sorozábal en el Teatro de la Zarzuela. Hábleme de ella.

Juan José es la única ópera de Pablo Sorozábal y, además, es una ópera que él tenía como su obra cumbre y con razón.  Verdaderamente es así. Se trata de una obra que es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a oír del maestro Sorozábal. Es de un dramatismo extraordinario, escrita con una técnica de composición muy hábil. Está repleta de un verismo aplastante y especial. Es un estreno muy importante porque tiene el añadido de que yo tuve la oportunidad de conocer personalmente al maestro  Sorozábal a una edad en la que podía ser mi abuelo. Creo que puedo decir que entre los dos se gestó una amistad a pesar de esa distancia.

¿Cuándo se conocieron?

Nos encontramos por primera vez en 1974 en Berlín, donde yo dirigía Un baile de máscaras de Verdi. Él asistía a esa representación, vino a mi camerino y después nos fuimos a cenar juntos. Sorozábal no tenía pelos en la lengua, y como yo tampoco los tengo, esa circunstancia hizo que entre los dos se diese una empatía muy especial y automática. Yo tenía entonces 24 años.

Coincidíamos incluso en la manera de entender la música. Otro día asistimos juntos a un concierto y nuestras opiniones coincidían. A los pocos meses comenzó a hablarme de su ópera Juan José, que él quería que yo estrenara. Me contó que cuando Jesús Aguirre, el duque de Alba, empezó a tratar con él para realizar el estreno de la obra, el duque tenía unas ideas muy diferentes a las suyas y Sorozábal le dijo: “Yo no quiero trabajar con usted que no tiene ni idea de música”, y se negó a que se estrenara la obra.

Años después yo era director general de música en el Teatro de la Zarzuela. Volvimos a programar la obra con José Antonio Campos, que entonces era el intendente. Cuando le dijimos a Pablo Sorozábal que queríamos estrenar por fin la obra, se puso contentísimo. “¿La vas a dirigir tú?”, me dijo. En aquel momento ya estaba muy mayor. Entonces él fue quien nos dio un reparto, pero había muchos artistas que no estaban disponibles y, al final, en 1988 falleció. Plácido Domingo estaba en aquel reparto, y era uno de los que sí podía haber hecho la obra, pero no era el caso de la soprano, que tenía otros compromisos.

Sé que al final se murió con la pena de no haber conseguido oír su obra. Es algo que me ratificó su nieto cuando hace dos años propuse hacerla a Paolo Pinamonti. Durante una cena, el nieto de Sorozábal me confirmó que su obsesión era que no había conseguido oír su obra. Y murió con esa desilusión. Cuando llegó ese momento de hacerla y se lo propuse a Paolo Pinamonti, inmediatamente estuvo de acuerdo en estrenarla. El sábado vamos a hacerla con un reparto de primera fila y un trabajo muy digno. Desde donde esté, estoy seguro de que Sorozábal estará muy contento. Desde luego, su nieto ya ha visto algunos ensayos y no cabe en sí de gozo, de lo cual estoy contentísimo.

¿Quién ha realizado la edición crítica?

No existe edición crítica. Únicamente existe la edición personal de Sorozábal, cuya partitura original me ha regalado su nieto. Así que estoy usando copias que el propio nieto ha hecho antes de darme el original. La tengo además reducida, porque es más cómodo para dirigir, pero yo mismo he revisado esas copias y los materiales de orquesta también han sido revisados por su nieto. Se escapó algún fallito pero todo está magnífico y corregido según la idea del maestro Sorozábal, y como yo soy conocido por ser respetuoso con los compositores, creo que estoy haciendo lo que Sorozábal quería.

¿Cómo es en la actualidad su situación profesional?

Me encuentro en un momento en el que escojo más lo que hago. Mi vida profesional frenética ha durado hasta que me casé hace cinco años. Cumpliré cinco años de casado en unos días, ya que me casé el 17 de febrero de 2011 en Viena. Los músicos de nuestra boda fueron los componentes del cuarteto formado por los solistas de la Filarmónica de Viena.

¿Por qué Viena?

Yo sigo viviendo en Suiza. Queríamos casarnos en Venecia pero había problemas administrativos y la segunda ciudad que más nos gustaba era Viena, que es como mi segunda patria y, además, a Alesandra también le gusta mucho la ciudad. Ella es la presidenta de la CID-UNESCO en España y también es músico. Además es doctora en artes escénicas, pianistas, coreógrafa, directora de escena y acaba de presentar su tercera tesis.

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