Comienza el Festival de Grafenegg. Un reportaje de Pedro J. Lapeña Rey

Las grandes orquestas sinfónicas aterrizan en el Festival de Grafenneg

Un reportaje de Pedro J. Lapeña Rey

   En todos los países hay unos festivales con mas nombre que otros. Austria es quizás el ejemplo mas claro de la mano del Festival de Salzburgo que parece eclipsar a todos los demás. Sin embargo, en el país hay mas de doscientos festivales veraniegos, cada uno de ellos con un nicho de mercado muy particular.

   Todos los amantes de los grandes conjuntos sinfónicos harán muy bien en tener el Festival de Grafeneneg muy presente en sus escapadas musicales veraniegas. En estos días se está llevando a cabo su decimoséptima edición. Situado estratégicamente a poco menos de una hora de Viena, y a una media hora de la entrada al turístico valle del Wachau, donde el Danubio se encajona entre montañas, sus orillas se llenan de turistas, caminantes, ciclistas y todo tipo de deportistas, y sus tabernas se llenan de amantes del vino de la zona, por la «futurista» Wolkenturm, escenario al aire libre situado en el centro del recinto del castillo de Grafenneg aparecerán –entre otras– en los próximos quince días -hasta el domingo 3 de septiembre- orquestas del nivel de la Orquesta del Festival de Budapest, la Orquesta Philharmonia de Londres, la Mahler Chamber Orchestra, la Sinfónica de la Radio de Berlín o la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam, con directores de la talla de Vladimir Jurowski, Daniel Harding o Paavo Järvi y Rudolf Buchbinder –el director y alma mater del Festival–, Denis Kozhukhin, Daniil Trifonov o Pierre-Laurent Aimard. Además, la Tonkunstler-Orchestra, la orquesta de la provincia de la baja Austria, se hará cargo de tres programas.

   En Grafenneg hay sitio para todos los públicos, desde los que pueden pagar entradas de primer nivel hasta los que ven el concierto en las Rasenplätze, entradas a 10 €, donde cualquier aficionado puede ver cualquier concierto sentado sobre el césped que rodea las gradas. Y si llueve, siempre hay plan B. El concierto se traslada al Auditorio, espacio cerrado donde se lleva a cabo toda la temporada invernal.

   CODALARIO estará presente en el primer y en el último fin de semana del Festival. En el primero tendremos a la Orquesta del Festival de Budapest con Iván Fischer, y a la Tonkunstler-Orchestra en un atractivo programa americano dirigido por su titular, el japonés Yutaka Sado en el que se estrenará la Fanfarria del compositor residente de esta edición, el francés Philippe Manoury, y que servirá para conmemorar el quincuagésimo aniversario de esta orquesta en la localidad de Grafenegg. El fin de semana final tendremos por un lado a las huestes del Teatro alla Scala de Milán, a las órdenes de Riccardo Chailly, con un programa dedicado a los coros de las óperas de Verdi que ha puesto el cartel de «no hay billetes» desde hace meses, y por otro a la Filarmónica de Viena con Jakub Hrůša en un precioso programa con música de Janácek, Enescu y Rachmaninov.

   Todos los detalles e información de esta cita estival están disponibles aquí.

Fotografías: Akos Stiller [Fischer] y Petra Klackova [Hrůša].