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Las Fundaciones Juan March y Calouste Gulbenkian dedican un ciclo a las relaciones musicales entre Portugal y España

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Autor: Codalario
13 de noviembre de 2018

   Iberia es el nombre que los griegos dieron a la península ibérica, actualmente ocupada por Portugal y España –además de Andorra y el territorio británico de Gibraltar–. Portugal nació al desgajarse del Reino de León en el siglo XII y alcanzó sus dimensiones actuales en 1249, mientras que España fue unificada dinásticamente en 1512 tras la anexión de Navarra, si bien no adoptó su nombre de forma oficial hasta el siglo XVIII. Vecinos no siempre bien avenidos, estos dos países estuvieron unidos políticamente entre 1580 y 1640 y, aunque a menudo han vivido de espaldas, han sido escenario de fructíferos intercambios humanos y culturales. Este ciclo pone el foco sobre algunos músicos portugueses que durante la Edad Moderna estuvieron activos en España y, a la inversa, en algunos músicos españoles que lo hicieron en Portugal. Asimismo, a lo largo de estos cuatro conciertos podrán escucharse varias composiciones, algunas inéditas hasta ahora, que circularon con fluidez entre estos dos países, un repertorio a veces englobado bajo la etiqueta de «música ibérica».

   Con estos mimbres, la Fundación Juan March y la Fandação Calouste Gulbenkian coproducen este ciclo, bajo el título Iberia. Relaciones musicales entre Portugal y España, que presenta un total de cuatro conciertos, a lo largo de los tres últimos miércoles de noviembre [14, 21 y 28] y el primero de diciembre [5], con el fin de explorar las relaciones musicales entre España y Portugal en la Edad Moderna. El hecho de que España y Portugal compartieran monarca entre 1580 y 1640 dinamizó el intercambio musical entre ambos países, en uno de los momentos más interesantes de la producción vocal polifónica de Portugal, pero también de Europa. Con motivo de este ciclo, la Fundación ha preparado el póster Portugal y España: tres siglos de encuentros, que contiene un diagrama con los principales hitos históricos y los compositores ibéricos más representativos.

   El primero de los conciertos correrá a cargo del gran clavecinista francés Pierre Hantaï, quien interpretará obras de Antonio de Cabezón, Pedro de Araújo, Juan Bautista Cabanilles, Carlos Seixas y Domenico Scarlatti. El sintagma «tecla ibérica», habitual en programaciones de conciertos y publicaciones discográficas, fue acuñado por los pioneros de la recuperación del repertorio para clave y órgano compuesto en la península entre los siglos XVI y XVIII. Un repertorio que alcanzaría su apogeo en el entorno de Scarlatti, músico italiano que vivió en las cortes de Lisboa y Madrid.

   Para el segundo recital se cuenta con Ana Quintans, Carlos Mena, Ruth Verona y Carlos García-Bernalt, que ofrecerán un recital compuesto por piezas de Jaume de la Té y Sagau, Pedro António Avondano, Domenico Scarlatti, Davide Perez y Carlos Seixas, representando en buena medida el género de la cantata, que llegó a la península a finales del XVII procedente de Italia. Con el triunfo de la Ilustração en Portugal y el acceso al trono de los Borbones en España, la cantata sustituyó al villancico en las celebraciones litúrgicas de las cortes de Su Majestad Católica y Su Majestad Fidelísima y se asentó con solidez en el ámbito profano. De entre los numerosos compositores de cantatas destaca el barcelonés Jaume de la Té y Sagau, que se estableció en Lisboa, donde publicó 166 cantatas profanas y 87 sacras entre 1715 y 1726.

   El Cuarteto Quieroga se une a la viola de Jonathan Brown para interpretar obras de Franz Joseph Haydn, João Pedro de Almeida Mota y José Palomino, introduciendo así el género cuartetístico, además del quinteto, ya que durante el último tercio del siglo XVIII, las Cortes de Madrid y Lisboa fueron un importante foco de producción de repertorio camerístico. Con Haydn como referente europeo de la música instrumental, los intercambios transnacionales fueron frecuentes. Mientras el madrileño José Palomino fue nombrado virtuoso de la Capilla Real portuguesa en 1785, el lisboeta João Pedro de Almeida Mota realizó el camino inverso y, tras pasar por varias ciudades españolas, se estableció en la corte madrileña en 1793.

   Cerrará el ciclo el Coro Gulbenkian bajo la dirección de Pedro Teixeira, ofreciedo una visión de la producción polifónica del Renacimiento hispánico y portugués de finales del XVI y principios del XVII, con autores como Francisco Guerrero, Francisco Garro, Diego Ortiz, Esteban López Morago, Filipe de Magalhães, Estêvão de Brito, Manuel Cardoso, Duarte Lobo y Diogo Dias Melgaz, incluyendo dos primeras interpretaciones en tiempos modernos. Los archivos de las catedrales peninsulares reflejan la fluidez de los intercambios musicales entre Portugal y España. Este programa de inspiración mariana ofrece un recorrido por la polifonía ibérica de los siglos XVI a XVIII con obras de Francisco Guerrero –quien pasó algún tiempo en Lisboa–, Francisco Garro –español que trabajó en la corte portuguesa–, Estêvão de Brito –evorense vinculado a las catedrales de Badajoz y Málaga– o Manuel Cardoso, quien presenció la separación de los tronos ibéricos y gozó del favor de Felipe IV –Felipe III en Portugal– y João IV.

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