El mes de julio concluye en la programación del Festival de Música Antiga dels Pirineus con nombres solistas como el de Núria Rial, así como agrupaciones nacionales e internacionales que se mueven entre el reconocimiento y el talento emergente
Tras unas primeras intensas semanas de programación, la decimocuarta edición del Festival de Música Antiga dels Pirineus [FeMAP] concluye su programación para el mes de julio con un total de ocho conciertos protagonizados por cuatro agrupacions y solistas distintos, en un finde semana expandido que se extenderá desde el jueves 24 hasta el lunes 28 de julio. Sin duda, el nombre de la soprano catalana Núria Rial es sobradamente conocido por el público. Ella será la encargada de llevar su programa A tre, junto al violonchelo barroco de Oleguer Aymamí y la cuerda pulsada de Josep Maria Martí, a las localidades de Campdevánol y Tremp [viernes 25 y sábado 26]. Ofrecerán ofrecernos una variada selección del repertorio hispánico, inglés, alemán e italiano de los siglos XVII y XVIII, con obras de autores como John Dowland, Cipriano de Rore, Alonso Mudarra, Diego Ortiz, José Marín, George Frideric Handel, Santiago de Murcia, Barbara Strozzi, Giulio Caccini y Claudio Monteverdi.
Bajo el nombre de Tañer se encuenta el proyecto instrumental protagonizado por el arpa de dos órdenes de Sara Águeda, la guitarra barroca de Belisana Ruiz y la percusión histórica de Pere Olivé. El programa Im-possibles [La Central de Capdella, jueves 24; Sort, viernes 25], con obras de Santiago de Murcia, Francisco Guerau y Lucas Ruiz de Ribayaz. El programa desarrolla repertorio de los siglos XVI y XVII, en el «la música vocal en la península Ibérica estaba ligada tanto al mundo sacro como al profano y los instrumentos acompañaban a la voz con los conocidos tonos. Sin embargo, la práctica instrumental no se limitaba al acompañamiento con composiciones como las danzas, los passacalles, los tientos, las fantasías, etc. Con tan sólo algunos compases escritos, estas piezas solían dejar un gran margen de libertad y creatividad al músico que las tocaba, como en el caso de los músicos de jazz en la actualidad. El grupo Tañer improvisa en torno a estas músicas que se vivían en las calles y en los teatros, llenas de alegría y que contextualizaban escenas cotidianas del Siglo de Oro. Músicas con una gran riqueza rítmica donde la percusión es el ingrediente indispensable para que las melodías se despeguen y bailen».
Dos agrupaciones instrumentales jóvenes [en la imagen], pero de una importante trayectoria, como son Les Timbres [Francia] y Harmonia Lenis [Japón], serán las encargadas de llevar La música de Shakespeare a las localidades de Ger [sábado 26] y Espot [domingo 27]. El trío Les Timbres [Yoko Kawakubo, violín barroco; Myriam Rignol, viola da gamba; Julien Wolfs, órgano y clave] y el dúo Harmonia Lenis [Kenichi Mizuuchi, flautas de pico y Akemi Murakami, órgano y clave] interpretarán un concierto que adentra al público «en las magníficas consort music, consideradas la expresión más característica de la música inglesa de final del Renacimiento y que se desarrollaron durante el reinado de Isabel I (1558-1603) y Jaime I de Inglaterra (1603-1625). En estas composiciones, la música y el texto estaban íntimamente relacionados y se evocaban las facultades más secretas del alma y del espíritu, como en el teatro isabelino de William Shakespeare. En una formación musical característica de la broken music, como las utilizadas en el teatro de Shakespeare, se propone un programa que gira en torno a la pregunta 'What is Life?' [¿Qué es la vida?], tomando el título, también muy shakespeariano, de una pieza de William Byrd».
Por último, la joven agrupación The New Old, conformada por Amat Santacana [violonchelo barroco tenor], Blai Bosser [violonchelo barroco], Javier Fierro [contrabajo], Jeremy Nastasi [guitarra barroca y tiorba] y David Palanca [clave y dirección artística] llevarán su programa El violón chico a Berga [domingo 27] y Taüll [lunes 28]. La propuesta, de tan curioso nombre, es descrita en los siguientes términos: «Durante los siglos XVII y XVIII convivieron en Europa una gran variedad de violonchelos. Había grandes y pequeños, con trastes o sin, de cuatro, cinco e incluso seis cuerdas. Todas estas variedades fueron desapareciendo durante el siglo XIX y sólo quedó el violoncello estándar que conocemos hoy en día. Uno de los que desapareció fue el violonchelo tenor, más pequeño y de registro más agudo que el actual. Luigi Boccherini, que aparte de compositor era un excelente violonchelista, podría haberlo utilizado en alguna de sus obras. En un inventario de sus instrumentos menciona que además de un 'violón', que es como se llamaba el violoncello en la España del siglo XVIII, posee un 'violón chico'. En este concierto se presenta uno original construido en 1774 por el lutier Nicolas Duclos en Madrid. Un instrumento con un sonido poderoso y al mismo tiempo cálido que viene directamente del siglo XVIII».
Fotografía: Diego Salamanca.
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