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Crítica: 'Otello' de Verdi en Las Palmas de Gran Canaria

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Autor: José Carlos González Abeledo
4 de marzo de 2015

ESPLÉNDIDO OTELLO

Por José Carlos González Abeledo
Las Palmas de Gran Canaria. 26/2/15. Amigos Canarios de la Ópera. Teatro Pérez Galdós. Otello, Verdi. Rudy Park, Yolanda Auyanet, Juan Jesús Rodríguez, Francisco Corujo, Mireia Pintó, Manuel Gómez Ruiz, Jeroboám Tejera, José Antonio García y Vicente Domínguez como el Heraldo. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Direccción musical: Miquel Ortega. Dirección de escena: Alfonso Romero.

   Sorpresa agradable este Otello con el que los Amigos Canarios de la Ópera inauguraron su ya veterana temporada, la 48, que sigue adelante ubicada en el remozado Teatro Pérez Galdós, a pesar de la generalizada crisis económica que nos afecta a todos en general y a la música en particular. Y cuando decimos sorpresa nos referimos a lo musical, pues los elementos escénicos, aún respetando época y situaciones, con un pasable vestuario, fallaron por la inclusión en todos los actos como elemento escénico principal, ora de la proa, ora dela cubierta, de un barco de un inmaculado color blanco,lo cual no tiene ninguna justificación salvo al inicio del primer acto. Afortunadamente el buen discurrir musical nos hizo olvidar en parte el desaguisado escénico con que nos obsequiaron sus responsables, pero molestó lo suyo, en primer lugar a los cantantes, sobre todo en el segundo acto, en donde la cubierta del barco se nos mostraba inclinada, con el consiguiente trastorno y dificultad para el movimiento de los protagonistas. No estaría de mas que a los directores de escena se les hiciera un examen acerca de algunos aspectos básicos del canto, para que entendieran porqué no se puede cantar con un equilibrio corporal inestable.

   El tenor coreano Rudy Park, al que no teníamos el placer de haber oído anteriormente, nos causó una gratísima impresión y ello a pesar de un leve contratiempo por causa de una flema a mitad del Esultate! que deslució en parte su entrada. Voz poderosa, de bello timbre, homogénea en todos los registros, fue un Otello al que solo se le podría pedir un poco más de sutileza en los pasajes más líricos para rozar la perfección. Pero quizás eso sería pedir demasiado al tratarse de una voz tan grande. En cualquier caso, y por lo visto en la representación del jueves 26 de febrero, que es a la que asistió el que esto escribe, no creo que haya hoy un mejor Otello en el panorama lírico mundial.

   La soprano nacida en Las Palmas Yolanda Auyanet sustituyó como Desdémona a la inicialmente prevista Isabel Rey por indisposición de ésta. Llegó de Módena el lunes 23, donde estaba haciendo la Doña Anna de D. Giovanni, y cantó el 24 y 26 sin apenas ensayar. A pesar de ello y de encontrarse el papel un poco fuera, por ahora, de sus coordenadas vocales, la canaria cantó estupendamente bien, sobre todo en el último acto, demostrando que hoy por hoy es una de lasmejores sopranos españolas en carrera, sino la mejor.

   Igualmente el barítono Juan Jesús Rodríguez hizo un meritorio y sonoro Yago, al que únicamente quizás le haga falta, como al tenor, una mayor sutileza y variedad de acentos para redondear un papel que debutó hace pocos meses en el Teatro Campoamor de Oviedo, y que a buen seguro mejorará con el tiempo, tanto vocal como escénicamente. Pero su Yago ya es indudablemente un Yago de categoría, para lucirse en cualquier teatro del mundo.

   Excelente el Casio del tenor Francisco Corujo, a quién hemos visto muy centrado, en un papel con mayor dificultad de lo que pueda parecer, y que normalmente suele estar muy mal servido. Este artista, natural de Lanzarote, con una ya amplia carrera internacional, habitual en muchos teatros italianos, forma con Celso Albelo y Jorge de León un trío de tenores canarios que nos tememos tardará muchos años en volverse a dar.

   Y entre muy bien y aceptable el resto del elenco, formado por Mireia Pintó (Emilia), Manuel Gómez Ruiz (Roderigo), Jeroboám Tejera (Montano), José Antonio García (Ludovico) y Vicente Domínguez como el Heraldo.

   Mención aparte merece la labor del maestro Miquel Ortega, que estuvo espléndido dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, la cual brilló a gran altura, y concertando con veteranía y acierto a todos, incluyendo a un notable coro como es el de la Ópera de Las Palmas. Director, orquesta y coros, tuvieron su protagonismo como partícipes del éxito obtenido en la representación, lo cual rubricó el público con abundantes aplausos. Muchos aplausos también para los cantantes, que salieron a saludar a telón bajado en varias ocasiones, lo cual no dejó de sorprenderme gratamente en estos tiempos tan “locos” para este género musical, hoy tan subvertido en sus valores. Me alegra comprobar que los Amigos Canarios de la Ópera siguen teniendo perfectamente claro qué es lo importante y que no en las representaciones operísticas.

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El video que se muestra corresponde a  la función del día 24/2/15

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