Paco Azorín, director de escena: 'Si el público viese una 'Aida' minimalista, tampoco pasaría nada'

Paco Azorín es el director de escena de la ópera Tosca, de Puccini que mañana concluye sus funciones en el Teatro del Liceo de Barcelona. Azorín hace balance de su trabajo con la célebre ópera del compositor de Lucca y reflexiona sobre la situación actual del mundo de la ópera y las puestas en escena.

¿Qué ha intentado plasmar con su trabajo?

Mi intención era la de realizar una lectura actual de la ópera Tosca. Esto significa que hay unas partes del libreto que se tenían que entender y otras sobre las que uno puede volar un poco. Creo que el resultado es una puesta en escena que encuentra un cierto equilibrio entre la tradición y lo contemporáneo.

¿Cómo se preparó la obra?

El proceso de preparación  ha sido más largo de lo habitual. Es lo que  suele ocurrir cuando hay pocos recursos, una situación que para mí también supuso un reto. Soy muy partidario de que la ópera se haga a precios más razonables. No puede ser que haya tanta gente en el paro y nosotros nos gastemos cientos de miles de euros en una producción. Me pareció muy sensato que el Liceo hiciera una propuesta modesta de recursos que, sin embargo, cuando se levanta el telón, no lo aparenta. En cualquier caso, lo que se ha visto sobre el escenario es una gran Tosca, gracias al trabajo desarrollado por todo el equipo de producción. Hemos intentando hacer más con menos, reaprovechando  algunos elementos, la mayoría, estructurales. Al recubrirlos el público no ha percibido nada raro. Ha habido una gran voluntad de reciclar, algo que está muy bien en un teatro público que, en definitiva, se debe a los ciudadanos.

¿Ha llegado el momento de reciclar  en la ópera?

El momento de reciclar es siempre, pero ahora más. Siempre me ha parecido un buen experimento que a tres directores de escena nos juntasen para hacer tres óperas diferentes con la misma escenografía. Tres títulos que tengan algo en común, como la lucha del poder, como puede ser Boris Godunov, Macbeth o el Julio César. La sostenibilidad es hoy más necesaria que nunca. Sería un auténtico reto.

¿Con qué otros directores de escena le gustaría hacerlo?

Con  Lluis Pasqual que es mi maestro y me fascina,  y con alguno más arriesgado como Ivo van Hove.

¿Usted es de los que tiene claro todos los detalles o deja trabajar a figurinistas e iluminadores?

Hay que controlar todos los detalles, pero si tienes un equipo artístico hay que confiar en él, porque un figurinista o un iluminador con  frecuencia tiene mejores ideas que tú en sus campos. Hay que explicarles muy bien la idea de lo que quieres y estar abierto a sus ideas.  Y conducirlo. Soy partidario del trabajo de equipo.

¿Cómo describiría su propuesta para Tosca?

Cuando a uno le toca hacer uno de los títulos más conocidos del repertorio hay ciertos aros por los que tienes que pasar. Estoy pensando en el Te Deum o en la escena final, cuando Tosca se suicida saltando del castillo. No hacerlo significa defraudar al público.

La escena del suicidio de Tosca siempre es un compromiso para las cantantes, por la exigencia física.

En todos los repartos de esta producción las tres sopranos saltan. No se trata de una puesta en escena donde huyo de este recurso. Siempre puedes ayudarte con efectos especiales para que el momento sea más espectacular, añadir viento o lo que sea,  pero al final Tosca tiene que tirarse al vacío. Las artistas han sido muy valientes al afrontar ese momento y creo que ha quedado espectacular.

En su opinión, ¿dónde se están realizando las propuestas  escénicas más interesantes?

En general, en la zona central de Europa, donde están trabajando personas como Warlikowski, Tcherniakov o Ivo van Hove. A la ópera hay que perderle un poquito el respeto, pero bien entendido. No se trata de hacer gamberradas, pero si el público viera una Aida minimalista, tampoco pasaría nada. Hay que hacer esfuerzos por encontrar nuevos enfoques de las óperas convencionales. En Aida hay un triángulo de pasiones que no necesita de una marcha triunfal con 10.000 elefantes. Necesitamos visiones nuevas y personales. En este sentido, países como Francia y Alemania tienen un caldo de cultivo que fomenta este tipo de propuestas.

¿Se atrevería a perderle el respeto a Aida si todavía viviera Verdi?

Yo creo que no hay que traicionar nunca el espíritu de la obra, y Verdi hablaba de triángulo de pasiones. En el momento en el que la pareja protagonista está sola en escena no parece necesario poner un enorme salón con grandes columnas.

¿Cree entonces que el autor no siempre tiene razón?

Yo creo que la obra está por encima del autor. No diría que Verdi está equivocado, pero estoy seguro de que en el siglo XXIII no se interpretará a Verdi como en el XIX. Siempre pongo el ejemplo de Shakespeare. Cuando puso en escena Julio César lo hizo con los personajes vestidos de su época y no como en la antigüedad, porque tenía muy presente que estaba hablando a los problemas de su tiempo. Cada época tiene su reinterpretación. No podemos hacer arqueología y presentar Aida de la misma forma que se hizo para la inauguración del Canal de Suez. En lo musical tampoco se hace. Por ejemplo, yo estoy convencido de que, cuando el público va a ver Aida”a La Scala, la orquesta tiene más calidad que las de la época de Verdi. Pretender hacer una fotocopia o una imagen congelada de la ópera no tiene sentido. Hay un caminar natural de las cosas y yo me instalo en él. Detesto la palabra “transgresión”, porque significa que te has saltado algún peldaño. Prefiero la palabra progresión, porque hay una cosa fundamental que no se nos puede pedir, y es que no seamos de nuestro tiempo. En cualquier caso, hay que trabajar desde el respeto y conocimiento absoluto. Yo he realizado mis estudios de piano y estoy haciendo canto. Me parece fundamental respetar la música y, para hacerlo, hay que entenderla.  Lo que es una barbaridad es que alguien que no tenga idea de ópera o música se meta a hacer la puesta en escena de una ópera. Hay que trabajar desde el respeto y el conocimiento, porque en la música está todo.

Entonces, ¿un director de escena es un creador?

Vamos a hablar mejor de que reinterpretamos. A veces hacemos el trabajo de un traductor. “Crear” me parece una palabra demasiado grande. Somos gente creativa. Lo de crear se lo aplicaba yo a 10 personas en la historia de la humanidad.

También le gusta la zarzuela

Sí, ahí hay un repertorio muy interesante en la zarzuela barroca, más de 3000 títulos que están olvidados y que convendría recuperar, porque es nuestro patrimonio. Casi siempre se repiten los mismos títulos que, en mi opinión, ya están un poco agotados de tanto que se han hecho. Por el contrario, hay un repertorio de zarzuela que se conoce poco. A mí me encantaría hacer zarzuela cubana, como Cecilia Valdés, por ejemplo, de Gonzalo Roig, que es preciosa y, que yo sepa, no se ha presentado en España. La zarzuela americana es hija de la española pero también desarrolló sus propios temas.

Fotografía: David Ruano