Pepe Sotorres, flauta; Joan Espina, violín; María Alejandra Saturno, viola da gamba y Daniel Oyarzabal, clavicémbalo, interpretan cuartetos de Telemann en el Ciclo Satélites de la Orquesta y Coro Nacionales de España
Telemann de cámara
Por David Santana | @DSantanaHL
Madrid. 17-I-2023. Auditorio Nacional de Música. Ciclo Satélites, OCNE. Pepe Sotorres, flauta; Joan Espina, violín; María Alejandra Saturno, viola da gamba; Daniel Oyarzabal, clavicémbalo. Nouveaux quatuorsen six suites (selección) de G. P. Telemann.
La Orquesta y Coro Nacionales de España [OCNE] en su ciclo Satélites sigue explorando las inmensas posibilidades que le abre el género camerístico. A la oportunidad de escuchar más de cerca y con mayor cuidado a los miembros de la orquesta se une la gran variedad de músicas que para este año la OCNE ha programado para este ciclo, ahondando en aquellos géneros que quedan habitualmente fuera del repertorio sinfónico. Consigue así nuestra orquesta nacional ofrecer un repertorio mucho más completo y una oferta cultural que acrecienta el valor a esta institución.
En esta ocasión, la velada se configuró con un repertorio monotemático centrado en la figura de Telemann y su música para cuartetos. Unos cuartetos aún muy diferentes del género que Haydn convertirá en protagonista de todos los salones nobles de finales del XVIII. Comenzando por la instrumentación: De más grave a más agudo, nos encontramos en primer lugar con la presencia del bajo que, poco a poco deja de ser tan «continuo», como se nos demuestra en el Cuarteto n.º 4 en si menor, en el que, aún actuando como sostén armónico se le permite conversar con el resto de instrumentos, Daniel Oyarzabal, con buen criterio, supo dar un extra de protagonismo al clavicémbalo, exagerando el carácter de los movimientos y sabiendo no solo seguir, sino también proponer al cuarteto un discurso que funcionó bien.
Sobre el bajo, se yerguen, en supuesta igualdad la viola de gamba, el violín y la flauta. Puesto que es natural que el más diferente destaque, podríamos presuponer un papel protagonista para la flauta. Nada más lejos de la realidad, precisamente la propuesta de Telemann intercambia constantemente el protagonismo. Ahora bien, en ocasiones de forma muy sutil, lo que obliga a los intérpretes a conocer bien la obra para sobresalir en el momento exacto y, como tantas veces ya he dicho, crear una escucha sencilla para el oyente, que sepa, sin lugar a dudas, sobre qué instrumento tiene que poner su atención. Este aspecto fue en el que noté una mayor falta de preparación. Especialmente se notó la poca presencia de la viola de gamba en las partes solistas de los cuartetos n.º 1 y 4, aunque, por otra parte, María Alejandra Saturno nos supo brindar un excelente solo en el movimiento final del Cuarteto n.º 2 en la menor.
Joan Espina, al contrario, mostró un sonido imponente y con una excelente articulación, algo que, si bien le permitió destacar en las partes solistas, no terminó de encajar con la interpretación de Pepe Sotorres, sobre todo en los dos primeros cuartetos, en los que la articulación fue algo más laxa, quizás, debido a la falta de embocadura que me pareció apreciar en la flauta de Sotorres.
Si bien, sería sumamente injusto realizar una crítica negativa para el flautista que ejecutó, por ejemplo en el movimiento inicial del Cuarteto n.º 2 en la menor unas líneas muy melódicas con gran variedad de matices y una expresión sublime.
Otra diferencia que encontramos con los cuartetos clásicos, tal vez la más llamativa, es la estructura de las piezas a modo de suite barroca. Si bien la mayoría de los movimientos se alejan ya de la danza, quizás buscando Telemann una obra de carácter más elevado, aún encontramos una pervivencia de las mismas en el ritmo, que fue excelentemente mantenido tanto por el clavicémbalo como la viola da gamba.
Se nos brindó en este concierto del Ciclo Satélites de la OCNE una oportunidad de acercarnos a la música de Telemann que, si bien se ejecutó sin grandes fallos o carencias, se podría haber trabajado mucho más, puliendo y mejorando esos pequeños detalles que marcan la diferencia entre una interpretación más y una interpretación excelente.
Foto: Facebook OCNE
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