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Discografía de la ópera 'Salomé' de Richard Strauss. Por Raúl Chamorro Mena

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Autor: Raúl Chamorro Mena
19 de enero de 2017

DISCOGRAFIA OPERÍSTICA DE LA ÓPERA SALOMÉ DE RICHARD STRAUSS 

 

Por Raúl Chamorro Mena

SALOMÉ (Opus 54. Dresde 9-12-1905)

“EL MISTERIO DEL AMOR ES MAYOR QUE EL MISTERIO DE LA MUERTE”

GRABACIONES OFICIALES EN ESTUDIO

Christel Goltz

1954 Clemens Krauss. Christel Goltz, Julius Patzak, Hans Braun, Margherita Kenney,  Anton Dermota. Orquesta Filarmónica de Viena. Sello DECCA y Naxos

   La soprano alemana Christel Goltz fue una grandiosa Straussiana y una de las intérpretes de referencia del gran papel de Salomé, uno de los más complejos y fascinantes de la historia de la ópera. Lo grabó en estudio en tres ocasiones. Además de la citada, en 1948 con Joseph Keilberth a la batuta y Bernd Aldenhoff, Ingen Karén y Josef Herrmann y en 1963 bajo la dirección de Otmar Suitner, acompañada por Ernst Guttstein, Helmut Melchert y Siw Erichsdotter. Ambas para el sello Berlin Classics, la primera, difícil de encontrar, presenta a una Goltz juvenil en plenitud vocal con una sólida pero no más, labor de Keilberth. La segunda es ya testimonio de una clara decadencia. Se elige ésta como la más representativa de las tres, además de encontrar a la soprano en plena madurez interpretativa, por la dirección del gran Clemens Krauss, que fuera alumno y amigo de Richard Strauss. Plenamente conocedor de su obra, así como de sus deseos interpretativos, Krauss , al frente de la grandiosa Filarmónica de Viena, realiza una labor presidida por la transparencia, la proverbial elegancia y el refinamiento tímbrico sin dejar de lado la tensión dramática. Strauss diseñó una orquestación suntuosa, pero sabido es que quería que sonara como Mendelsshon, con claridad y luminosidad. Infinidad de detalles escuchamos en la dirección de Krauss, que ya desde el comienzo, nos sumerge en una atmósfera a la vez misteriosa e inquietante, además de una perfecta construcción orquestal con todo el colorido Straussiano y de la que es perfecto ejemplo una fascinante danza de los siete velos.  Christel Goltz poseía una voz de gran belleza y calidad en centro y primer agudo. La falta de remate técnico se apreciaba en el agudo extremo, que acusaba alguna leve apertura de sonido y destemplanza, que se irían agravando con el paso del tiempo, pero son poco perceptibles en esta grabación, que la encuentra en plena forma. Esa “niña con voz de Isolda” que quería strauss está presente en todo momento en una encarnación llena de temperamento, intensidad, de sensualidad y en la que apreciamos la evolución de la adolescente caprichosa que se hace mujer mediante el descubrimiento del erotismo carnal. A su lado, junto a unos cumplidores Hans Braun y Margherita Kenney, destacan el magnífico Narraboth de Anton Dermota y el referencial Herodes del gran Julius Patzak, matizadísimo, contrastado y absoluto dominador del Sprechgesang. Nadie ha delineado los “Salome, komm” de manera más intencionada, llena de inquietante seducción. El mejor Herodes de la discografía.

1961 Sir Georg Solti. Birgit Nilsson, Gerhard Stolze, Eberhardt Wächter, Grace Hoffmann, Waldemar Kmentt. Orquesta Filarmónica de Viena. Sello DECCA

   Esta grabación es una creación del genial John Culshaw, productor discográfico del sello DECCA y una de las grandes figuras de la historia del sonido grabado. Con un espectacular sonido estereofónico y la abundancia de efectos especiales que pretendían reproducir al máximo el ambiente de una representación teatral, no podía contar con mejor director musical para su propuesta que Georg Solti y su batuta plena de nervio, de pulso, de fuerza y progresión teatral. De pura lujuria sonora cabe calificar el sonido que obtiente de una gloriosa Filarmónica de Viena que brilla con luz cegadora. Nadie mejor para superar la más exuberante y vigorosa prestación orquestal que la inigualable Birgit Nilsson, una voz única por volumen, belleza y metal. Además, manejada por una solidísima técnica que permite que el sonido esté siempre apoyado sul fiato y la cantante controle totalmente la respiración, la emisión y la columna sonora. Realmente resulta admirable la facilidad con que una voz tan nutrida y corposa en el centro, asciende con pasmoso desahogo al agudo con unos sonidos pletóricos de squillo, fulgor y penetración tímbrica. Tan deslumbrante prestación vocal tiene su talón de Aquiles en el aspecto dramático e interpretativo, en una Salomé falta de erotismo, sin aristas, más bien delineada de un solo trazo y en la que se echa en falta el aspecto de adolescente frágil y vulnerable. Gran parte de la crítica ha expresado que estamos una gran Elektra y que, por tanto, no puede ser una gran Salomé, aunque esto no siempre es cierto.

1968 Erich Leinsdorf. Montserrat Caballé, Richard Lewis, Sherrill Milnes, Regina Resnik, James King. Orquesta Sinfónica de Londres. Sello RCA.

   Aunque la gran diva española se la asocia siempre con el bel canto y el melodrama romántico italiano, donde obviamente ha hecho historia, fue una gran cantante Straussiana y a pesar de sus limitaciones escénicas a la hora de afrontarlo, tuvo una gran estima por el papel de Salomé. Sin temor a equivocarse, se puede afirmar que estamos ante la interpretación mejor cantada de todas, con su voz de lírica plena en total posesión de su absoluta belleza, morbidez, ductilidad y singularidad tímbrica. Cierto es que ahí están las limitaciones en el grave y que puede achacarse excesos líricos y belcantistas a su creación, pero resulta un placer hedonístico escuchar una exhibición de vocalismo tan esplendoroso, filados que quitan la respiración, legato y reguladores de alta escuela. Efectivamente, falta sensualidad y erotismo. Hay Salomés mucho más intensas y contrastadas dramáticamente, pero no mejor cantadas. La dirección de Erich Leinsdorf es sólida y competente como corresponde a una batuta siempre fiable, pero rara vez inspirada. Obtiene un buen sonido, limpio y equilibrado de la estupenda London Symphony que responde a alto nivel. En el reparto destaca la gran Regina Resnik, una Herodías de gran personalidad y temperamento, el lujo de James King como Narraboth, un juvenil Sherrill Milnes como Jochanaan y un correcto Lewis como Herodes. De Montserrat Caballé pueden encontrarse otras tres versiones: Una en vivo procedente de su época de soprano de compañía en Basilea y que supone su debut en el papel (1958, Dirección de Silvio Varviso) y que encuentra a la soprano jovencísima con un timbre purísimo y rutilante; una ejecución radiofónica de la RAI de Roma bajo la dirección de Mehta (1971) y el vídeo procedente de la transmisión televisiva de su interpretación en Madrid, Teatro de La Zarzuela, con el recientemente fallecido Julius Rudel a la batuta (1979).

1977 Herbert von Karajan. Hildegard Béhrens, Karl Walter Böhm, Jose van Dam, Agnés Baltsa, Wieslaw Ochman. Orquesta Filarmónica de Viena. Sello EMI.

   Una de las mejores grabaciones de la obra presidida por una fascinante labor de Karajan, que lo tiene todo: rotundidad y vigor sonoro, pero a la vez refinamiento, detalles, esplendor y claridad de texturas, progresión dramática, sentido narrativo y teatral, creación de atmósferas (sensualidad, expansión lírica, violencia, misterio) y estímulo a los cantantes. De la filigrana más camerística al estallido más impactante. Memorable el crescendo del quinteto de los judíos, la danza de los siete velos o la escena final, que alcanza un clímax teatral irresistible. Gran protagonista la inolvidable Hildegard Béhrens, volcánica, temperamental, seductora, plena de magnetismo y personalidad. Desguarnecida en graves, pero con un brillantísimo registro agudo. Difícil cantar mejor el Jochanaan que lo hace el gran Jose Van Dam (obsérvese sin ir más lejos el legato y morbidez en la frase “Er ist in einem Nachen auf dem See von Galiläa”  , aunque falte ese tono profético y visionario de su personaje. Muy discreto el Herodes de Karl Walter Böhm, interesante la Herodías de una controlada Báltsa y referencial la bella voz tenoril del tenor polaco Wieslaw Ochman como Narraboth.

1990 Zubin Mehta. Eva Marton, Heink Zednik, Bernd Weikl, Brigitte Fassbaender, Keith Lewis. Orquesta Filarmónica de Berlín. Sello Sony Classical.

   La gran protagonista de esta grabación es una deslumbrante Berliner Philarmoniker que ofrece una exhibición de esplendor y pulimiento tímbrico, vigor sonoro, virtuosismo y capacidad para los detalles más embriagadores. Zubin Mehta saca a relucir de manera impecable todas esas calidades,  además de dirigir con buena tensión teatral y capacidad de organización, aunque a su labor, un tanto impersonal, le falte profundidad y contrastes. La robusta y voluminosa voz de Eva Marton no tiene problema para hacerse oir ante tal despliegue orquestal. Ancha y consistente en el centro (un tanto “cargado” y abombado por la soprano, bien es verdad) , de atractivo timbre y aún buenos ascensos al agudo (ya van aparaciendo algunas forzaduras en esa franja). Como intérprete tiene garra, pero se le ha acusado y con razón de crear una Salomé matronil, escasamente juvenil y sin matices. Una creación en la tradición Wagneriana y que funciona mejor en Elektra. Magnífica la Herodías de la Fassbaender y muy intencionado el Herodes de Zednik, a pesar de su peculiar timbre. Magnífica toma sonora.

1990 Giuseppe Sinopoli. Cheryl Studer, Horst Hiestermann, Bryn Terfel, Leonie Rysanek, Clemens Bieber. Orquesta de la Deutsche-Oper de Berlín. Sello Deutsche Grammophon.

   Fascinante el mundo de embriagadoras sonoridades, de radiante paleta de colores y de subyugantes detalles tímbricos en el que nos sumerge Sinopoli. Una dirección planificada y muy analítica, que tiene como consecuencia algunos tempi excesivamente lentos, así como puntuales caídas de tensión, que no impiden calificarla de magnífica, pues posee, además, contrastes y teatralidad. Cheryl Studer, una lírica plena, de timbre claro, bello, esmaltado y luminoso, débil en el grave, pero con agudos radiantes, deja una de sus mejores interpretaciones en la línea de jugendlich dramatischer sopran, a todas luces su mejor repertorio, aunque se empeñara empujada por las multinacionales del disco, en ser una especie de soprano assoluto. Una Salomé en la línea de la de Ljuba Welitsch en lo interpretativo, que pone el acento en la adolescente que vive su despertar sexual a través del deseo carnal y con una vocalidad de filiación Caballetista. Impresionante la fuerza dramática de la Herodías de la gran Leonie Rysanek. Aquí aparece ya el Jochanaan del carismático Bryn Terfel, en uno de los papeles que más estima le dieron en la primera fase de su carrera. Espléndido sonido.

1990 Seiji Ozawa.  Jessye Norman, Walter Raffeyner, James Morris, Kerstin Witt, Richard Leech. Staatskapelle Dresden. Sello Phillips.

   La gloriosa Staatskapelle de Dresde es, junto a la Wiener Philarmoniker, la depositaria de las esencias Straussianas y buena prueba de ello es esta grabación, en la que Seiji Ozawa obtiene un sonido robusto, de gran riqueza tímbrica, pulidísimo, transparente, refinado, sedoso, bellísimo, lleno de detalles. Lástima que falte tensión, sentido narrativo, teatralidad, emoción y fuerza dramática. Jessye Norman ya empezaba a tener problemas en los ascensos y no se plantea una encarnación dramática creíble del personaje, pero ahí están su material, único por terciopelo, belleza y suntuosidad, así como su prodigioso canto, señorial, pleno de clase, de matices dinámicos, en un fraseo fascinante, personal, quizás demasiado preciosista, manierista y rebuscado. Una especie de “cantare addosso” que priva de vida a la princesa de Judea, pero de indudable atractivo para cualquier amante del canto y no digamos, para los muchos partidarios que tiene la gran Norman. Una mención para el buen Narraboth de Richard Leech.

   1990 Kent Nagano Antes de entrar en los registros en vivo, una mención a la grabación de la versión francesa de la obra dirigida por Kent Nagano a las huestes de la Opera de Lyon de las que fuera titular. Organización, pulcritud, claridad, pero escasas emoción, incisividad y contrastes en su labor, con una digna Karen Huffstodt como Salomé y una fabuloso Jose van Dam, aquí aún mejor al articular su gran canto en su lengua natal.

GRABACIONES EN VIVO

1947 Clemens Krauss. Maria Cebotari, Julius Patzak, Marco Rothmuller, Elizabeth Höngen, Karl Friedrich. Opera de Viena.

   Se cita este registro, pese a su mal sonido, por la presencia de la fantástica soprano Maria Cebotari, magnífica cantante y gran artista que realiza una magnífica encarnación a las órdenes del eximio Clemens Krauss y con acompañantes de la categoría de Julius Patzak y Elisabeth Höngen.

1949 Fritz Reiner. Ljuba Welitsch, Frederich Jagel, Herbert Janssen, Kerstin Thorborg, Brian Sullivan. Metropolitan Opera Nueva York.

1952 Fritz Reiner. Ljuba Welitsch, Set Svannholm, Hans Hotter, Elisabeth Höngen, Brian Sullivan. Metropolitan Opera Nueva York.

   Ljuba Welitsch constituye toda una leyenda en la interpretación de Salomé.  Con una voz de lírica muy justa, clara, aniñada, limitada de robustez y espesor, creó una interpretación legendaria, especialmente en el MET de Nueva York. Toda una revelación para la época en cuanto a erotismo y sensualidad, en una interpretación, plena de carisma y comunicatividad, que ponía los acentos en el aspecto infantil, en la niña caprichosa, la adolescente sinuosa, encuadrada en una familia “desestructurada” (como se diría ahora), que se adentra en el mundo adulto mediante la depravación sexual. La falta de asentamiento técnico de una vocalidad natural tuvo como consecuencia inevitable la cortedad de su carrera. En las dos versiones en vivo citadas, ambas procedentes del MET, encontramos la estupenda batuta de Fritz Reiner, que con una orquesta de calidad muy limitada, consigue crear atmósferas, tensiones y alta temperatura teatral con una dirección plenamente expresionista, vibrante, incandescente. En la versión de 1949 acompañan a la Welitsch cantantes musicalísimos, pero algo faltos de fuerza expresiva como intérpretes. En la de 1952 nos encontramos con palabras mayores, nada menos que Hans Hotter como Jochanaan, Elisabeth Höngen como Herodías y ese gran fraseador que fue el robusto tenor sueco Set Svannholm como Herodes.

1953 Hermann Weigert. Astrid Varnay, Julius Patzak,  Hans Braun, Margarete Klose, Hans Hopf. Orquesta de la Radio de Baviera.

   El mayor interés de este broadcast procedente de una interpretación radiofónica de la Bayerische Rundfunks, radica en ser la única grabación localizable de la encarnación de Astrid Varnay. La gran soprano en pletórica forma pasea su material único por volumen y metal, así como su inmensa personalidad, entrega al máximo y temperamento flamígero, aunque la caracterización sea unidireccional y falta de contrastes. Competente, pero sin especial inspiración, la dirección de su esposo Hermann Weigert.

1955 Dimitri Mitropoulos. Christel Goltz, Ramón Vinay, Paul Schöffler, Blanche Thebom, Brian Sullivan. Metropolitan Opera.

1958 Dimitri Mitropoulos. Inge Borkh, Ramón Vinay, Mark Harrell, Blanche Thebom Giiulio Gari. Metropolitan Opera.

   La dirección de Dimitri Mitropoulos pone todo el acento en la tensión teatral y progresión dramática, dejando de lado la faceta tímbrica y de colorido orquestal, así como la construcción sinfónica. Además, la orquesta del Met por esos años era muy mediocre, lejos del nivel que ha adquirido con posterioridad, lo cual no es un obstáculo para que el gran director ateniense no nos permita ni un un respiro con su dirección tensísima, llena de voltaje y emoción. En ambos registros live procedentes del MET cuenta con dos protagonistas de gran altura. Las grandes Christel Goltz e Inge Borkh. Esta última pone su bella voz, sus agudos deslumbrantes e intensísimo temperamento al servicio de una notable creación. En este caso estamos ante una magnífica Salomé que también fue una grandiosa Elektra. En ambos casos, Herodes es el chileno Ramón Vinay con su timbre baritonal, ingrato, sofocado y leñoso y su indiscutible personalidad,  aunque su interpretación no esté exenta de exageraciones y momentos incompatibles con el canto. De Inge Borkh pueden localizarse otras grabaciones en vivo. Una procedente de la Radio de Hesse (1952) bajo la dirección de Kurt Schröder y el Herodes de Max Lorenz y una representación Muniquesa del Teatro del Príncipe Regente (1960) con el gran Straussiano Rudolf Kempe a la batuta.

1965 Zdenek Kosler. Anja Silja, Eberhard, Wächter, Gerhard, Stolze, Astrid Varnay, Fritz Wunderlich. Opera Estatal de Viena.

   Se cita esta grabación por la presencia de Anja Silja, de vocalidad siempre discutible, pero gran dominadora del lenguaje Straussiano, además de artista siempre sensual y de gran magnetismo y cualidades dramáticas. Asimismo por la impactante Herodías de Astrid Varnay y, especialmente, el Narraboth de Fritz Wunderlich, todo un hito.

1970 Karl Böhm. Gwyneth Jones, Richard Cassilly, Dietrich Fischer-Dieskau, Mignon Dunn, Wieslaw Ochman. Orquesta de la Opera de Hamburgo. Sello Deutsche Grammophon.

   A pesar de tratarse de una toma en vivo, esta grabación se ha editado por el sello DG en su catálogo oficial. En la misma destaca la dirección de Karl Böhm, gran amigo del compositor y por tanto, también depositario de las esencias Straussianas. Transparencia, brillo y pulimiento sonoro, rigor musical, buena concertación y tensión teatral caracterizan su labor. Gwyneth Jones es una gran artista, con una voz amplia y caudalosa además de mucha garra, talento dramático y personalidad, pero su Salomé no es acta para todos los públicos, por cuanto su prestación vocal es irregular, con algunos sonidos bailones, estridentes, destemplados, fijos y de dudosa afinación. Dietrich Fischer Dieskau canta fabulosamente, pero lo alambicado de su fraseo, la excesiva intelectualidad de su acercamiento, poco se ajustan a las exaltaciones del profeta. Discretos los demás, excepto el estupendo Narraboth de Ochman.

VERSIONES EN IMAGEN (en este caso se incluye el nombre del director de escena al lado del musical):

1960 Hans Swarowsky / Hermann Lanske. Maria Kouba, Hans Hotter, Julius Patzak, Kitsa Damassioti, Erich Kienbacher. Orquesta Filarmónica de Viena.

Se cita esta producción televisiva alemana en glorioso blanco y negro y con un atractivo sabor añejo, por la presencia del Jokanaan de Hans Hotter y el Herodes de Julius Patzak bajo la estudiada dirección de Hans Swarowsky.

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1974 Karl Böhm / Götz Friedrich. Teresa Stratas, Hans Beirer, Bernd Weikl, Astrid Varnay, Wieslaw Ochman. Orquesta Filarmónica de Viena.

   Popular producción de la Unitel con una dirección de Götz Friedrich, un tanto encorsetada y menos fluida que su posterior Elektra en la que se le nota más dominador del “mestyere” de la cámara. Karl Böhm vuelve a ofrecer su gran labor en el podio al frente de los Wiener. La Salomé de Teresa Stratas, gran actriz de una gran expresividad apoyada en una irresistible gestualidad, ideal para la imagen, pero prácticamente una lírico ligera, pone el acento en el lado infantil, de jovencita consentida y con problemas psicológicos desde su niñez, pero la insuficiencia vocal es demasiado evidente. Arrolladora la Varnay como Herodías, que ejerce un impacto inmediato en el espectador. Magnífico Weikl.

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1990 Giuseppe Sinopoli / Petr Weigl. Catherine Malfitano, Simon Estes, Horst Hiestermann, Leonie Rysanek, Clemens Bieber. Deutsche-Oper de Berlín.

   Sobresaliente este vídeo procedente de una representación en directo en la Deutsche-oper de Berlin en la época de la titularidad musical de Sinopoli. El veneciano vuelve a ofrecer la magnífica dirección que en la grabación de estudio, para la que prefirió contar con la misma orquesta, totalmente entregada a su propuesta, dejando de lado cualquiera de las punteras. Estupenda la producción de Weigl, así como la dirección del vídeo a cargo del grandísimo Brian Large y memorable la creación de Catherine Malfitano. Otra Salomé de medios limitados, muy líricos, sin graves, justa de metal y sin especial belleza ni fulgor tímbrico, pero dueña de un gran talento dramático, personalidad y tremenda fuerza teatral, que recrea un personaje intensísimo lleno de repliegues, aristas y evolución psicológica. Impactante la danza de los siete velos interpretada por la propia soprano y la escena final que sella la conmoción de una caracterización imprescindible. Tal encarnación no puede tener mejor réplica que la Herodías de ese animal escénico llamado Leonie Rysanek. Bien fraseado, siempre cantado, el estupendo Herodes de Hiersterman. Buen Jokanaan, con su material recio y voluminoso, el de Estes, que se imbrica perfectamente en la atinadísima dirección escénica. Causa estupor que algunos puedan poner a la altura de esta magnífica Salomé y la interpretación de Malfitano, la grotesca de Maria Ewing, también disponible en DVD procedente del Covent Garden. Exagerada, histriónica, efectista (luce generosamente su anatomía) y apoyada en algo que ni el más generoso puede llamar canto, con unos acompañantes flojísimos y una dirección plana y aburrida de Downes. No merece entrada propia y destacada en esta relación.  

1997 Christoph von Dohnanyi/ Luc Bondy. Catherine Malfitano, Kenneth Riegel, Bryn Terfel, Anja Silja, Robert Gambill. Royal Opera Covent Garden.

   Siete años después, la Malfitano acusa cierto declive vocal, pero nada alarmante y logra otra grandísima interpretación en la Royal Opera Londinense a las órdenes del gran Straussiano Christoph von Dohnanyi. El músico alemán, quizás con un toque excesivamente doctoral, levanta una magistral arquitectura sonora, diáfana, pletórica de colorido y matices tímbricos, que de manera inexorable, progresa dramáticamente hasta el gran clímax de la escena final. Realmente impresionante la entrega incondicional, el desgaste físico y emocional que transciende en la superlativa creación de la Malfitano, propia de una grandiosa cantante-actriz. Aquí, además, encuentra estimulados y potenciados sus talentos por la buena producción de Luc Bondy, en la que destaca una trabajadísima dirección de actores y caracterización de personajes. La Silja, Herodías monumental, elegantísima, derecha como una vela, con empaque, desde su vocación de paradigma del teatro conceptual, plena de magnetismo y personalidad. Las arengas visionarias del profeta se valen del carisma de Bryn Terfel, ási como de su voz amplia, pastosa, caudalosa y gruesa, aunque opaca, sin squillo y de técnica somera. Muy habilidoso y eficaz, además de buen actor, el Herodes de Kenneth Riegel con un material vocal imposible. Con los mismos mimbres, (excepto Hanna Schwarz en lugar de Anja Silja) y similar valoración, se encuentra la grabación de audio sello Decca 1994, aunque a la Malfitano mejor verla que sólo oirla.

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