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Opinión: Teresa Berganza preside la 50 edición del Concurso de Canto de Toulouse

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Autor: Alejandro Martínez
8 de septiembre de 2014

TERESA BERGANZA PRESIDE LA 50 EDICIÓN DEL CONCURSO DE CANTO DE TOULOUSE

Por Alejandro Martínez

  El Concurso Internacional de Canto de Toulouse, auspiciado por el ayuntamiento de la ciudad, se cuenta entre los certámenes décanos de Europa. Para la conmemoración de su 50 aniversario, el concurso contó con la gran Teresa Berganza como presidenta de un jurado integrado por personalidades de los principales teatros del mundo, incluído Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, Peter Mario Katona, director de casting del Covent Garden o el propio Frédéric Chambert, director artístico del Teatro del Capitole de Toulouse. Dicho jurado resolvió conceder los siguientes premios tras la actuación de los doce finalistas, el pasado sábado 6 de septiembre:

Primer premio femenino: Marion LEBEGUE, mezzo-soprano (Francia)

Primer premio masculino (otorgado por unanimidad): Junghoon KIM, tenor (Corea del Sur)

Segundo premio femenino: Hila FAHIMA, soprano (Israel)

Segundo premio masculino: Petr NEKORANEC, tenor (República Checa)

Tercer premio femenino: Angélique BOUDEVILLE, soprano (Francia)

Tercer premio masculino: Yu SHAO, tenor (China)

   En esta edición del certamen fueron admitidos 141 concursantes (76 mujeres y 65 hombres) de un total de 334 solicitudes. Procedentes de 31 nacionalidades, destacaban por número los 36 concursantes de Corea del Sur y los 33 llegados desde Francia. Entre los doce finalistas que se dieron cita en esta edición se contaban cuatro coreanos, dos chinos, dos franceses, un mongol, una israelí, un checo y una canadiense. Dada nuestra vecindidad, sorprende que tan sólo concurrieran 3 concursantes españoles, tres sopranos: Sara Bañeras, Paloma Friedhoff y Miriam Zubieta. Conviene recordar que fue precisamente una española de la talla de Enriqueta Tarrés quien resultase vencedora en la segunda edición de este certamen, allá por 1955. A Tarres le seguirían Anna Maria Hugueras-Rodríguez, en 1965, y Yolanda Auyanet en 1993. Este certamen ha sido también un pasoi importante para el lanzamiento de trayectorias hoy reconocidas como las de Viorica Cortez, José Van Dam, Léontina Vaduva, Dmitri Hvorostovsky o Nathalie Manfrino.

   De la final de un concurso no cabe hacer una crítica como tal, aunque sí hay margen para la opinión acerca de algunos aspectos. Cabe elogiar en pirmer lugar la magnífica respuesta desde el foso, acompañamando a los concursantes, de la Orquesta Nacional del Capitole de Toulouse, dirigida en esta ocasión por David Syrus, que retomará la batuta de esta orquesta el próximo mes de noviembre, para un interesante programa doble compuesto por Owen Wingrave y La vuelta de tuerca de Britten. Idéntica buena labor cabe reconocer a los cuatro pianistas del certamen: Nino Pavlenichvili, Mathieu Pordoy, Nathalie Steinberg y David Zobel. Todos los finalistas debían interpretar una pieza de canción acompañados por el piano y después un aria con la orquesta. Sorprendió, por otro lado, la indicación dada al público por la organización, para que no se aplaudiese al término de cada una de las intervenciones de los finalistas. Entendemos el espíritu de la indicación, buscando no dictar un veredicto antes de la resolución propiamente dicha del jurado, pero no somos partidarios de restringir la reacción del público, que en más de una ocasión tuvo que contener una lógica efusión y gratitud hacia los intérpretes.

   Acerca del veredicto final también tenemos nuestras reservas. Seguramente el espléndido material y sensibilidad del tenor Junghoon Kim no habría tenido el mismo éxito de no haber concursado con una pieza tan convincente como el "Nessun dorma". Algo semejante cabe decir en el caso de la mezzo francesa Marion Lebègue, que firmó una espléndida versión del "O, ma lyre inmortelle" de Sapho de Gounod, una página bellísima, con la que la intérprete lució más de lo que un análisis frío y objetivo de su vocalidad daría a entender. Nos pareció inexplicable que otro tenor coreano, Myong-Hyun Lee, el primero en participar, no fuera premiado, a la vista de su paradigmática lectura del "Tombe degli avi miei... Fra poco a me ricovero" de Lucia di Lammermoor. La israelí Fahima Hila, segundo premio femenino, no nos pareció netamente mejor que la notable soprano canadiense Heather Newhouse, brillante en su interpretación del Ihr Mund is stets derselbe de Richard Strauss. Tampoco compartimos el segundo premio masculino para el tenor checo Petr Nekoranec, que si bien cantó un emocionante "O might those sighes and tears" de Britten y un solvente "Ah mes amis" de La fille du régiment, no nos pareció tan maduro y tan dueño de una voz importante como para ser premiado. Su abrumadura juventud (nacido en 1992) jugaba al mismo tiempo a su favor y en su contra y fue seguramente un elemento decisivo para la decisión del jurado. El barítono mongol Ankhbayar Enkhbold mostró seguramente una de las voces más interesantes de la final, aunque a su canto cabía reclamarle una mayor modulación y riqueza de acentos. Los instrumentos tan bien dotados no son fáciles de domeñar; sería interesante ver si es capaz de crecer como intérprete en un futuro, porque la voz es muy notable. Muy notable el canto de la soprano francesa Angélique Boudeville, tercer premio femenino, con el "Dove sono" de Las bodas de Fígaro. El material es hermoso, redondo y fácil, aunque falta una hondura y elaboración mayores en la expresividad. Poco reseñable en el caso del bajo chino Xiaohan Zhai, la soprano coreana Narea Son y el tenor chino Yu Shao. Este último, firmando un esmerado Schumann, recibió un tercer premio masculino para el que había mejores candidatos. Por último, inexplicable a todas luces que un cantante tan tosco, de emisión imposible, como el bajo coreano Myeongjun Shin llegase hasta la final de un certamen como este.

   Celebramos, en todo caso, la vitalidad lírica de una capital como Toulouse, envidiable a todas luces, si la comparamos con la de muchas ciudades medias españolas, más allá de las dos o tres grandes capitales del país. El Teatro del Capitole de Toulouse presenta para la temporada 2014/2015 un cartel lleno de citas de interés, como el citado programa doble con óperas de Britten en noviembre, Castor et Pollux de Rameau en marzo, Massacre de Mitterer en abril o Les Fiançailles au couvent de Prokofiev. 

Foto: Patrice Nin

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