La Voz de Asturias (Jueves/10/6/10)
El bailarín español Ángel Corella participa en la primera de las dos funciones de "El lago de los cisnes" que, hoy (jueves/10/6/10) y mañana, ofrece el Corella Ballet de Castilla León en el Teatro Campoamor de Oviedo, a las 20:00 horas, como última cita de su actual Festival de Danza
- ¿En qué consiste su revisión del clásico de Petipa e Ivanov?
- Fundamentalmente, lo que he hecho es coger lo más importante de la coreografía del Teatro Kirov de San Petersburgo y le he quitado algunas partes de mímica que se hacían muy pesadas dentro de la historia. El resultado es un "Lago de los cisnes" muy ligero, que el público entiende bien y que no cansa. El propio Chaikovski confesó que muchas de las piezas que había compuesto eran demasiado largas. Esto sin duda influyó para que el estreno de la obra fuera un fracaso. He querido respetar el original al máximo, pero trayendo elementos nuevos.
- Es una coproducción del Campoamor, el Calderón de Valladolid y el Auditorio de Sant Cugat
- Sí, la estrenamos en Valladolid hace un par de meses y la acogida fue bestial. Teníamos cinco espectáculos programados y, el mismo día que se pusieron a la venta las entradas, a las 12 ya estaba todo vendido. "El lago de los cisnes" es un ballet clásico que se ha visto muchísimo, pero que en nuestra propuesta tiene un toque muy moderno. La escenografía es espectacular. Es un espectáculo que se podría ver en ciudades como Londres o Nueva York. Incluso contamos con una orquesta en directo. Lo podría haber hecho perfectamente el American Ballet. Este nivel de calidad se agradece, porque en ocasiones el público está acostumbrado a ver a compañías de ballet del este cuyos medios materiales no siempre responden a las expectativas.
- ¿Supone mucha responsabilidad ser la única compañía de danza clásica de España?
- Sí, pero también mucho orgullo, porque aunque mucha gente cree que somos una compañía privada, quizás porque lleva mi nombre, en realidad es pública, ya que nace de una fundación pública. Yo no quería que se llamase Corella Ballet, pero resultaba más fácil por diversas cuestiones burocráticas.
- Ahora que Nacho Duato no quiere seguir, ¿hay alguna posibilidad de que su compañía sea la próxima Compañía Nacional de Danza?
- Ese paso lo tendría que dar el Ministerio de Cultura. Por nuestra parte, creo que estamos dando los pasos adecuados. Cuando se creó el Royal Ballet de Londres no se hizo de la noche a la mañana. No obstante, que la única compañía de ballet de España haya nacido con un nivel tan alto, como han reconocido reputados críticos internacionales e incluso artistas como Natalia Makarova, es un orgullo.
- ¿Cómo afecta la crisis?
- El momento actual deja muchas incógnitas. No se sabe a dónde va a ir el país con la crisis. Todo el mundo está confundido, preguntándose qué es lo que va a suceder.
- Volvamos al tema de la Compañía Nacional
- Nacho Duato ha dicho que no va a seguir. Parece que hay intención de convertir su compañía en una compañía de danza clásica, lo que sería una auténtica locura, porque el estilo de esos bailarines es contemporáneo. Pedirles que se pongan a hacer clásico es una sentencia de muerte. Por otro lado, destruir una compañía que ya está hecha desde hace 22 años también sería una pérdida de dinero. Sería una locura, y más con la crisis actual.
- ¿Cuál ha sido su propuesta?
- Nosotros hemos propuesto al Ministerio de Cultura la posibilidad de que convivan las dos compañías, prácticamente por el mismo coste, si bien es cierto que tendrían que apoyar algo más a la nuestra, ya que la cantidad de 110.000 euros que tenemos asignada da para poco. Por una parte, nos gustaría que el apoyo fuese mucho mayor y, además, que se pudiesen mantener las dos compañías. Me parece que es una propuesta factible porque se basa en dos compañías que ya han demostrado que funcionan.
- ¿Y qué le han respondido?
- En estos momentos están pensando lo que hacer. De cualquier manera, no creo que tengan las ideas muy claras. Nacho Duato ha decidido no quedarse. Han preguntado a mucha gente si les interesaría su puesto, con la finalidad de convertir su compañía al clasicismo, pero lo han rechazado porque, como he dicho, sería una locura.
- ¿Cómo es posible que el Ministerio no se dé cuenta de la imposibilidad técnica que están sugiriendo?
- Tengo la impresión de que ellos tratan de encontrar una solución, pero sin ir a la base del problema. He tenido muchas reuniones con la Ministra de Cultura y el director del INAEM, y les he explicado la situación, pero de momento, ellos seguían con la idea de transformar la compañía de Nacho Duato en una compañía de danza clásica. Todo esto ha ocurrido antes de los recortes bestiales que estamos viendo en España. Ahora no sabemos lo que va a pasar, ni cuál es el futuro de la CND. Lo bueno es que nosotros estamos cubriendo ese lugar, con mucho trabajo, esfuerzo y dedicación; callados, sin tratar de demostrar nada a nadie y, a la vez, llenando un hueco en nuestro país, para que el público y nuestros bailarines puedan hacer clásico. Hay bailarines que quieren hacer ballets de repertorio, como "La viuda alegre" o "Manon", dos obras que haremos el año que viene.
- ¿Cómo es su actual estado de salud? El año pasado nos asustó a todos con sus cancelaciones
- Fue un pequeño susto que, seguramente, tuvo que ver con mi excesiva carga de trabajo. Me encontré mal justo antes de hacer por primera vez "El lago de los cisnes". Yo estaba coreografiando, revisando vestuario y escenografía, y al mismo tiempo ensayaba con el American Ballet. Fue tanto trabajo que tuve algunos días con hipoglucemias. Pero ahora ya estoy recuperado. Estoy en mejor forma incluso que antes. Acabo de venir de Nueva York de hacer "Don Quijote" y, próximamente, me vuelvo a ir para hacer "Romeo y Julieta". Cuando eres joven tienes mucha fuerza pero artísticamente no has madurado. Después la balanza se equilibra: entiendes muy bien cada rol y el cuerpo responde. A partir de los 39 años al cuerpo le cuesta saltar y girar como antes. Actualmente tengo 34, así que todavía me quedan muchos años de carrera.
- ¿No es arriesgado que la compañía dependa tanto de usted?
- Todo lo contrario, porque ahora se empieza a reconocer a los grandes bailarines que tenemos. Al principio yo no quería que llevase mi nombre, pero es algo que ayuda para que salgan determinados proyectos. En la actualidad me he dado cuenta de que ese riesgo no existe, porque la compañía tiene grandes bailarines que, si no estoy yo, llenan igual los teatros, como sucedió en Valladolid. Fernando Bufalá es tan bueno o mejor que yo. También está Hernan Cornejo y muchos otros. Además, próximamente traeremos a nuevos bailarines, como Natalia Tapia e, incluso, algún artista procedente de la principal compañía de ballet de Cuba.
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