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Crítica: El Cuarteto Julia Fischer interpreta a Mozart, Janáček y Smetena en el «Liceo de Cámara XXI» del CNDM

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Autor: Ana María del Valle Collado
1 de diciembre de 2023

El Cuarteto Julia Fischer, conformado por Julia Fischer y Alexander Sitkovetsky a los violines, Nils Mönkemeyer en la viola y Benjamin Nyffenegger al violonchelo, ofreció tres cuartetos que van del Clasicismo vienés a la Bohemia decimonónica, pasando por la cración checa que caminaba hacia la modernidad

Lirismo roto y vitalidad

Ana M. del Valle Collado | @ana.budulinek
Madrid, 24-XI-2023, Auditorio Nacional de Música. Liceo de Cámara XXI, Centro Nacional de Difusión Musical. Cuarteto de cuerda n.º 19 en do mayor, «De las disonancias», KV 465 de Wolfgang Amadeus Mozart; Cuarteto de cuerda n.º 2, «Cartas íntimas», de Leos Janácek; Cuarteto de cuerda n.º 1 en mi menor, «De mi vida», de Bedrich Smetana. Cuarteto Julia Fischer: Julia Fischer y Alexander Sitkovetsky [violines], Nils Mönkemeyer [viola], Benjamin Nyffenegger [violonchelo].

   El espíritu inquieto de Julia Fischer le llevó en 2010 a crear un cuarteto de cuerda junto a Sitkovetsky, Mönkemeyer y Nyffenegger, con quienes había interpretado música de cámara anteriormente en diferentes agrupaciones. Sin duda, la figura de la violinista alemana es la más conocida entre el público debido a su dilatada y mediática carrera, sin embargo, los otros tres componentes del cuarteto no le van a la zaga ya que así mismo poseen amplia experiencia como solistas e intérpretes de cámara. Desde entonces, son ya trece los años que lleva rodando el Cuarteto Julia Fischer por el mundo aunando cuatro personalidades diferentes que, sin embargo, encajan a la perfección. Los cuatro se conocen desde hace tiempo y llevan a cabo proyectos en común dentro y fuera del ámbito estricto de la interpretación, y eso se nota. El entendimiento, reparto de roles y la búsqueda de un sonido propio son buena muestra de esto. No se trata únicamente de una cuestión de calidad de sonido, aunque sería una de las cosas a destacar del Cuarteto Julia Fischer, sino de fundir las particularidades interpretativas de cada uno en un único organismo sonoro cuyo mecanismo funciona a la perfección. Si cerramos los ojos no distinguiremos a cuatro protagonistas, sino a un solo instrumento de cuatro voces maravillosamente integradas en un solo ente.

   Algo tienen en común las tres obras escogidas para este concierto: escritas en los últimos años de la vida de sus autores, constituyen una reflexión vital tardía. En el caso de los cuartetos de Janácek y Smetana son las claras referencias biográficas, mientras en el caso de Mozart lo que se muestra en estas composiciones tardías es su admiración por Haydn como «padre del cuarteto». El denominado «Cuarteto de las disonancias», que forma parte de los Cuartetos Haydn publicados en 1785, abriría un concierto que también se cerraría con el salzburgués en forma de bis como guiño al público. Siendo este cuarteto una obra de repertorio no solo ampliamente interpretada sino de la que también existen numerosas grabaciones –entre ellas la excepcional versión del Cuarteto Ébène– el Cuarteto Julia Fischer lo debía resolver con una interpretación que aportara un «algo más» a lo ya hecho anteriormente. Y así fue. El resultado: una ejecución precisa pero no rígida, sin esfuerzo aparente pero que afronta con vitalidad los alardes armónicos del cuarto tiempo.

   Con Leoš Janáček el virtuosismo del conjunto se puso a prueba. Plagado de un lirismo interrumpido por efusiones apasionadas y cambios abruptos de tempo, muestra de la relación epistolar del compositor con Kamila Stösslová, el Cuarteto n.º 2 del checo constituye junto con su antecesor otra de las obras de referencia del repertorio camerístico. Con una ejecución que solventa con facilidad las dificultades técnicas, el cuarteto liderado por la violinista alemana sabe muy bien leer el carácter de la obra a través de una ejecución equilibrada, con amplitud de dinámicas y un papel destacado tanto de la viola de Mönkemeyer como del cello de Nyffenegger

   El Cuarteto n.º 1, «De mi vida» de Bedřich Smetana constituye otro peso pesado del repertorio. Con solventes interpretaciones en mente como la del Cuarteto Pavel Haas, tanto en directo como en registro fonográfico, el listón de una obra como esta queda muy alto. Sin embargo, después de escuchar la coherente y entusiasta ejecución del cuarteto de Janáček, era de esperar por parte del Cuarteto Julia Fischer una versión de altura del cuarteto de Smetana. En efecto, mediante un delicado fraseo, la dulzura del violín de Fischer en el primer movimiento y, de nuevo, el papel fundamental de la viola de Mönkemeyer en la introducción, quedaron al descubierto los apasionamientos biográficos de Smetana, con sus líricos enamoramientos y sombrías nubes presagio de la sordera que le acontecería, incluidas. Interpretaciones como la del Cuarteto de Julia Fischer, llenas de fuerza y solidez, vienen a aportar novedad allí donde parece que ya está todo dicho. ¡Cuán necesitados estamos de que se digan cosas de diferente manera, de sentir que aún queda mucho por decir…!

Fotografías: Elvira Megías/CNDM.

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