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Crítica: Eldar Nebolsin en las Jornadas de Piano del Auditorio de Oviedo

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Autor: Aurelio M. Seco
22 de marzo de 2010
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Eldar Nebolsin

 La Voz de Asturias (22/03/10)

Lugar: Auditorio de Oviedo. Fecha: 18 de marzo de 2010. Ciclo: Jornadas de Piano

Lugar: Auditorio de Oviedo

Fecha: 18 de marzo de 2010

Ciclo: Jornadas de Piano

EXCEPCIONAL NEBOLSIN

Hay artistas realmente especiales, cuya expresividad resulta tan cercana y cálida que atrapa. Eldar Nebolsin participó en las Jornadas de Piano del Auditorio interpretando una de las obras más conocidas y bellas del repertorio, el "Concierto para piano nº 2" de Chopin. Su versión, de una profundidad expresiva abrumadora, convirtió la cita musical en un privilegio sensorial del más alto nivel estético. Hay en el estilo de Nebolsin una cierta fragilidad muy sutil y conmovedora que despierta los sentidos ansiosamente, porque resulta profundamente humana en el fondo. La forma es la de un intérprete de primera categoría, la de un pianista soberbio para el que faltan adjetivos; pero es su musicalidad, que sin duda responde a una sensibilidad especial y sincera, la que hace tan cálida su propuesta artística. Nebolsin tiene un estilo propio y único, que es delicado pero no simple, sino dramáticamente complejo, marcado por una cierta ansiedad que, en su control, se disfruta a cada paso por su exquisita y apasionada pulcritud. Tras ganar brillantemente el Concurso Internacional de Piano de Santander en su edición de 1992, parecía que estaba destinado a marcar una época. Desde luego, técnicamente está en el mismo lugar que muchos de los más grandes pianistas de la actualidad;  pero es su mensaje el que, con toda seguridad, marca la diferencia y sitúa a Nebolsin en un privilegiado lugar dentro del Olimpo de los más interesantes pianistas que existen; un aspecto que, por desgracia, no todo el mundo está sabiendo apreciar. La versión conmovió por su implacable contundencia técnica, y por la ternura de su sonoridad. Dirigió la velada Antoni Ros Marbá, reconocido director que dio un toque de distinción y saber estar ante las obras. El maestro catalán dirigió la "Sinfonía nº 3" de Brahms con un notable sentido de la forma y el estilo. La versión destacó por su escrupulosa concepción general, más que por la energía y limpieza de su factura. La OSPA respondió con  profesionalidad, aunque es seguro que el talento del director y la orquesta daban para mucho más

 

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