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ISAAC GALÁN, barítono: 'HAY QUE SEGUIR LUCHANDO PARA QUE ZARAGOZA TENGA LO QUE SE MERECE A NIVEL MUSICAL'

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Autor: Alejandro Martínez
23 de noviembre de 2012

Debuta en el Teatro de la Zarzuela, donde interpreta al Marqués de "El Juramento" de Gaztambide que se podrá ver en el coliseo madrileño desde hoy viernes hasta el 16 de diciembre. 

Isaac Galán

      Finalista y ganador de varios premios extraordinarios en concursos internacionales como el Francisco Viñas, el Gayarre o el Manuel Ausensi, Isaac Galán (1981) es un joven barítono zaragozano con una trayectoria ascendente, llevada con mesura y buen juicio en la elección de sus compromisos. Estos días realiza su debut en el Teatro de la Zarzuela con el rol de "El marqués", en la reposición de El Juramento de Gaztambide. Isaac Galán habla para CODALARIO de su trayectoria, su vocalidad y sus futuros compromisos.

- Llega al Teatro de la Zarzuela con el rol de "El marqués" en la reposición de El Juramento de Gaztambide. ¿Es este su debut en el Teatro de la Zarzuela?
-
Sí, en realidad es mi debut oficial como solista en una producción profesional, pero ya antes, hace nueve o diez años, pude cantar aquí en una producción de Cosí fan tutte organizada por la Escuela Reina Sofía, con estudiantes, a las órdenes de Ros Marbá.

- En esta ocasión se retoma una producción de Emilio Sagi estrenada en el año 2000. Usted ya había trabajado antes con Emilio Sagi,  ¿en qué ocasiones y qué impresiones tiene de sus propuestas?
-
Sí, he tenido la suerte de trabajar en dos ocasiones con Emilio Sagi. Por un lado como cover en I due figaro de Mercadante, junto a Riccardo Muti, y también en L´incoronazzione di Poppea de Monteverdi, en Valladolid. Realmente es un placer trabajar con alguien de la educación, la seriedad y la convicción de Emilio Sagi. Ha sido todo un placer volver a coincidir con una propuesta suya.


- En esta ocasión la dirección musical corre a cargo del maestro Gómez Martínez. ¿Habían trabajado antes juntos?
-
No, esta es la primera vez y la verdad es que estoy muy contento con su esmerado trabajo con El Juramento. Creo que es uno de los más grandes directores españoles de su generación y es un auténtico lujo poder hacer con él una zarzuela. El equipo que han formado entre él y Emilio Sagi es sensacional.


- Cuéntenos, ¿cuál ha sido su trayectoria hasta ahora, dentro y fuera de España?
-
Comencé mis estudios en el conservatorio de Zaragoza. Después pasé tres años en la Escuela Reina Sofía de Madrid, con Teresa Berganza, Tom Krause y Manuel Cid. Tras ese periodo estuve en el Opera Studio en Zurich, donde estuve un año. Allí conseguí un contrato como profesional para la Opera de Linz, donde estuve tres años. Allí hice mucho repertorio (Donizetti, Rossini, Massenet, Glass, Purcell, Monteverdi...) y muchas funciones. Fue una experiencia muy buena, muy formativa. Una vez terminado ese periodo voy por libre, participando en las producciones que me solicitan. He estado vinculado al Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo en Valencia. Y a raíz de ello el Palau de Les Arts contó conmigo para varias producciones, como La vida breve. Es algo por lo que estoy muy agradecido y de hecho mantengo una relación profesional muy buena con ese teatro.

- Teresa Berganza estuvo detrás de su llegada al Reina Sofía de Madrid, ¿no es cierto?
-
Si, ella me escuchó y me propuso entrar allí. Teresa Berganza fue mi profesora durante un año: mi primer año de estancia allí fue su último año de docencia. Y fue una enorme suerte haber coincidido. Guardo por ella una admiración y un respeto que no se puede resumir con palabras. Le estoy enormemente agradecido por todo lo que me enseñó cuando yo era tan sólo un joven de veinte años.

- ¿Qué otros cantantes y profesores han sido referentes en su formación?
-
Trabajé dos años con el barítono Tom Krause, también con Manuel Cid, un gran profesional, con una enorme sensibilidad. Con el gran Carlos Chausson también he tomado clases en algunas ocasiones. Y he podido trabajar recientemente con Ruggero Raimondi, en Valencia. Fue un trabajo escénico muy duro, muy exigente y meticuloso, pero aprendí muchísimo con él. Le agradecí mucho aquella experiencia. 

- Y entre los barítonos en activo, ¿cuáles diría que son de algún modo un referente para usted?
-
Tengo gran admiración por muchos barítonos de hoy en día, pero seguramente sean Simon Keenlyside y Ludovic Tézier las dos figuras más relevantes. Es curioso porque con Keenlyside coincidí en un Don Carlo en el Real hace unos años, interpretando yo entonces a uno de los diputados flamencos en aquella producción. También admiro a Ángel Ódena, que seguramente es el referente más internacional de los barítonos españoles a día de hoy. Y por supuesto estimo la referencia de barítonos ya clásicos como Carlos Álvarez o Manuel Lanza.

- ¿Cómo definiría su voz?
-
Tengo una voz de barítono lírico para un repertorio de momento ligero. En el futuro, ahora tengo 31 años, quizá pueda abordar un repertorio más pesado siempre dentro del repertorio lírico. Y más adelante, quién sabe, dentro de diez o quince años, quizá algunos roles más pesados y dramáticos. Pero no hay prisa. Ahora mismo el centro de mi repertorio está en Mozart y el belcanto, Donizetti, Rossini, etc. De hecho, mis últimos roles han sido el Conde de las Bodas, Belcore de Elisir, etc. Y ahora el papel de "El Marqués" en El juramento, que es puro belcanto.

- Háblenos un poco más acerca de este personaje.
-
Es un papel muy interesante desde el punto de vista dramático. Es un hombre que representa de algún modo la bondad. Es alguien que frente al negro destino que pesa sobre su cabeza se presta a hacer un gran favor a su mejor amigo. Aunque finalmente pesan más los sentimientos que sus buenas intenciones y la historia da un giro al final. Vocalmente es un rol muy belcantista, muy lírico, muy bien escrito.

- ¿Hacia dónde se orienta su repertorio en este momento? ¿Qué proyectos tiene a la vista?
 
Debutaré el Silvio de I Pagliacci en Malta. Es un rol que se aleja un poco del Mozart y el belcanto que vengo cantando hasta ahora. No es tampoco un rol dramático, pero sí tiene otras exigencias, otra orquestación, etc. Me apetece mucho. Creo que me puede ir muy bien  También voy a debutar en Francia, en Montpellier, con el Mercurio de la Poppea. Estaré también en el Liceo. Y luego hay más compromisos a la vista en España, para la temporada que viene, en Madrid y en Oviedo, pero no se han anunciado todavía así que no puedo revelar más detalles.

- ¿Cuál es su relación con la zarzuela? ¿Es un género por el que siente afinidad?
-
Me encanta la zarzuela pero nunca había tenido la oportunidad de interpretarla en escena. Es un lujo que mi primer papel de zarzuela sea en este teatro y con Emilio Sagi y el maestro Gómez Martínez. Es un placer formar parte de esta producción de El juramento y confío en que haya más propuestas semejantes en el futuro.


- En relación con su repertorio, ¿ha pensado alguna vez en el lied?
-
Sí, además hablo el alemán con bastante soltura porque viví durante no poco tiempo allí. El problema es que mis compromisos ahora mismo, por suerte, son bastantes y no tengo tiempo para montar un programa de lied con el tiempo que requiere. En todo caso es un repertorio que se adecua mucho a mi voz y antes o después me gustaría dedicarle un hueco.
- Por último, puesto que es zaragozano de origen, ¿qué opina de la situación de la lírica en Aragón?
-
Realmente hay poco sobre lo que opinar. No sólo no hay una temporada de ópera sino que apenas hay funciones al cabo del año. Y es una pena, porque las pocas veces que ha habido propuestas, como las que venía haciendo el Auditorio de Zaragoza, han tenido éxito, de modo que hay público. Seguramente la clave esté en seguir luchando por lo que la ciudad merece, como viene haciendo la Asociación Aragonesa de la Ópera, con quienes colaboré el pasado año, en un recital junto a la soprano Eugenia Boix. Seguramente en el Teatro Principal de Zaragoza se pueden hacer más cosas de las que parece a primera vista. Grandes producciones seguro que no, pero sí producciones con menos requerimientos técnicos pero musicalmente de primer nivel. Además, la acústica para la ópera es la más adecuada, como teatro a la italiana que es. Así que poco a poco confío en que haya en Zaragoza una programación lírica más estable. Sería lo deseable. Ojalá las instituciones apuesten en ese sentido.

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