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JUAN CARLOS ASENSIO: «La música bien hecha, da igual que se haga desde el punto de vista histórico o no»

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Autor: David Marín Ariza
31 de marzo de 2024

David Marín entrevista al musicólogo, director coral y flautista Juan Carlos Asensio, experto en canto gregoriano y polifonía medieval

Juan Carlos Asensio

JUAN CARLOS ASENSIO: «La música bien hecha, da igual que se haga desde el punto de vista histórico o no»

Una entrevista de David Marín Ariza
Todo reencuentro de un alumno con su maestro contiene, por parte del primero, una mezcla de nerviosismo, emoción y nostalgia. Entre otras razones, porque un maestro nunca deja de serlo, y particularmente si el maestro se trata de Juan Carlos Asensio Palacios. Como recogiera el evangelista Lucas en su narración del Domingo de Resurrección, hago mía la expresión retórica de aquellos discípulos que se reencuentran con su maestro: «¿no ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?». Nadie que haya presenciado una lección magistral o un concierto del maestro Asensio permanece igual que entró. Su sabiduría musical, sus conocimientos de la notación antigua, su manejo de las fuentes gregorianas, pero también, o quizás especialmente, su forma de cantar las Sagradas Escrituras en latín y, en fin, su capacidad de comunicación, son capaces de provocar ese ardor que habita en el oyente que quiere seguir escuchando y aprendiendo y cuya incredulidad se torna, por magia eucarística, devota admiración. Musicólogo, escritor, investigador, articulista, cantante y director de coro, entre otras cosas, Juan Carlos Asensio ha recorrido medio mundo predicando las bondades y los dones del Canto Gregoriano (germen de toda música occidental) y ejerciendo tanto como experto teórico como en calidad de intérprete, pues desde 1996 dirige la agrupación vocal gregoriana Schola Antiqua. En el aula, en el camino, en el templo o en la sala de conciertos, escucharle hablar, salmodiar o cantar es sumergirse en tiempos remotos por medio de códices que cobran vida y que permanecen custodiados en archivos de iglesias, monasterios o bibliotecas a los que el maestro no dudaba en guiar a sus alumnos, virtual o físicamente. Valgan como ejemplo los viajes que realizamos para conocer de primera mano tratados teóricos en la Universidad de Salamanca, cantorales encargados por Felipe II en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial o códices en la Biblioteca Laurenciana de Florencia. Como el evangelista, quien «después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen y escribirlas por orden» - decía San Lucas a Teófilo-, Asensio sigue reivindicando el estudio metódico y fidedigno de las fuentes musicales del pasado pero jamás como una forma dogmática y excluyente de abordar la interpretación musical. El Palau de la Música de Valencia acomete la feliz tarea de acoger estos días un ciclo de seis conciertos que congrega músicas religiosas del mundo, no se lo pierdan. En un Martes Santo de ventisca y cielos grises el maestro nos recibe como tiene por costumbre: sereno, humilde y franco. Ha sido el 2023 un año especialmente duro en lo personal para el maestro pero también para toda la Schola. Así pues sirvan estas líneas de agradecimiento, de un alumno a su maestro, por hacernos arder el corazón ayer (y hoy) y también, en suma, por su tiempo, su generosidad y de nuevo - cómo no-, por su magisterio.

En sus clases siempre nos recomendaba leer todo tipo de textos y de literatura, siempre que fueran de cierta calidad, desde artículos especializados hasta poesía, pasando por críticas taurinas. Comencemos, pues, por literatura. ¿Qué libros puede haber en su mesita de noche ahora mismo, por ejemplo? 

Pues ando leyendo varios: una crónica de la batalla de Monte Cassino, Mis amigas las truchas, de Miguel Delibes y la Tragicomedia de Calisto y Melibea, porque la estoy estudiando para una historia que no viene al caso.

El cine en la música o música en el cine... ¿alguna recomendación?

Nace una canción, con Danny Kaye. Es un grupo de musicólogos que tienen que albergar a una chica que viene huyendo de un mafioso, y ella es la que les enseña otras cosas y otras músicas que no forman parte de la musicología tradicional. 

¿Y alguna o algunas películas menos musicales?

Crimen perfecto, de Alfred Hitchcock y Stalingrado, de Joseph Vilsmaier.

Si tuviera que elegir una novela...

El nombre de la Rosa, de Umberto Eco.

Por encima de todo, admira la prosa de...

Galdós, desde luego, o Blasco Ibáñez, La catedral es fantástica. 

Vayamos a la lírica.

Quevedo, sin ninguna duda.

El poco tiempo libre que tiene lo emplea...

Paseando y respirando en la naturaleza.

No es mala opción viviendo en la sierra de Madrid. Pero si tuviera que elegir un sitio más específico, sería...

Mi casa (risas). No, en serio, también en cualquier lugar de la montaña.

«Hay muchas interpretaciones historicistas que son una vergüenza y otras, sin embargo, no lo son» 

«Lo de estar históricamente informado, que está de moda ahora, yo creo que no es lo fundamental»

Y del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que digamos que le pilla a mano y conoce muy bien, elegiría...

El coro de la basílica. Pero también una capilla muy pequeña donde está la Virgen de Gracia, en la que además hay una pintura magnífica que representa a Santa Cecilia sosteniendo en la mano una partitura muy bien copiada, no recuerdo ahora mismo el texto, pero es un sitio muy bonito, muy recogido.

En Museo del Prado se le pasarían los minutos muertos admirando...

Cualquiera de las obras de Velázquez. Las salas de Velázquez.

Alguien que vive las músicas pretéritas tan vivamente como usted lo hace, ¿tiene redes sociales?

Instagram, porque me obligaron con la pandemia, precisamente para hacerme entrevistas.

Y precisamente una de esas formas de vivir la música del pasado es estudiándola y rescatándola por medios se podría decir arqueológicos. Hablando de la forma de interpretar esas músicas y más concretamente de posibles interpretaciones historicistas o históricamente informadas, ¿siempre o según el caso? ¿Existe, digamos, un fundamentalismo historicista hoy en día?

Pienso que la música bien hecha, da igual que se haga desde el punto de vista histórico o no. Hay muchas interpretaciones historicistas que son una vergüenza y otras, sin embargo, no lo son. De modo que yo creo que si algo está bien hecho y está hecho con criterio, está bien. Lo de estar históricamente informado, que está de moda ahora, yo creo que no es lo fundamental, sino que  lo fundamental es que musicalmente haya calidad aunque pueda faltar investigación histórica.

Hagamos un viaje en el tiempo. Tres momentos musicales del pasado que le habría gustado presenciar.

La primera vez que se interpretó la secuencia Media vita in morte sumus en San Galo (Suiza), que había compuesto Notker Balbulus, si es que la había compuesto él. Y luego, el 25 de marzo del año 1436, cuando tuvo lugar la dedicación del Duomo de Florencia y se interpretó por primera vez el Nuper Rosarum Flores de Dufay. Y dando otro salto más grande, el Viernes Santo de 1727 en Leipzig, cuando se interpretó por primera vez la Pasión según San Mateo de Bach. Pero te podría decir otros tantos más. 

Cambiando de tercio, hablemos de educación. Usted ha impartido clases en los centros superiores más prestigiosos de nuestro país y del extranjero. Salamanca, Madrid, Barcelona, Roma, Lugano, son tan solo alguno de los foros académicos. ¿Qué disfruta más de la enseñanza?

Personalmente, la comunicación directa entre personas que quieren aprender y los que queremos enseñar.

Dada la cada vez peor situación del sistema educativo español y especialmente de la enseñanza secundaria, ¿hasta qué punto repercute esta crisis en los centros superiores?

Se nota que hay una cultura general en los centros superiores bastante menor de la que había hace años. Los alumnos vienen a lo mejor muy preparados en cuestión instrumental, pero en cuestión de cultura general vienen quizá sin haber leído suficientes libros y sin conocer muchas cosas. Están muy preparados en cuestiones de técnica y demás, pero no en cuestión de conocer incluso la bibliografía que van a tener que manejar, leen muy poco. Así que esta crisis en la educación es grave.

Por no hablar del latín, lengua de la que usted es un gran conocedor. Parece que el latín ya no tiene sitio en la enseñanza, que hay que extirparla por completo. ¿Hay remedio?

El remedio es que los que quitaron el latín lo impongan de nuevo. Lo mismo que lo eliminan y las razones que dan son absurdas, lo pueden volver a poner. Es decir, está en sus manos, no es que no haya remedio. Parece que no hay remedio porque no lo quieren implantar, porque ahora las cosas van por otro lado, pero está claro que si no valoran las humanidades no vamos bien.

Foto: Live Music Valencia

«Esta crisis en la educación es grave»

«Si no valoran las humanidades no vamos bien»

Con respecto del latín, pero metiéndonos ya en materia litúrgica, dice Albert Boadella que no va mucho a misa, pero que si hay una en latín y de espaldas, ahí está el primero.  Parece que  como el intelectual que fue, Joseph Ratzinger quiso impulsar el uso de esta lengua en la liturgia católica, en cambio el papa actual, en fin, prefiero dejarlo aquí. ¿Se está perdiendo el rito en latín?

La situación no es muy favorable. Si el papa Ratzinger no pudo conseguir nada, o poco, realmente poco hay que comentar. Lo que sí es verdad es que todas estas cosas tienen siempre un movimiento de acción y reacción, es decir, en la Iglesia hay mucha gente muy tradicional que no es que quiera que la misa se haga de espaldas sino que la liturgia se haga dignamente y que la música que la acompaña se haga dignamente. No importa que se lleve a cabo de espaldas o no mientras se haga el rito de una manera solemne y apropiada.  

Usted ha afirmado que «el canto gregoriano es como es porque tiene el latín como lengua de sus textos, que la fonética y la expresión latinas han ayudado a la forma que tiene ese canto», ¿qué debemos entender con ello?

Claro, antes mencionaba La Pasión según San Mateo. Si nosotros quisiéramos traducir, por ejemplo, los recitativos del alemán a otra lengua, digamos que no funcionarían. E incluso se han hecho adaptaciones de arias a otras lenguas, al inglés incluso, de corales, y a otras lenguas, y no funcionan. Parece que lo que está concebido en un idioma, funciona musicalmente en ese idioma mejor que en ningún otro y esto es así porque desde el interior del propio compositor parece que se han asimilado las características de esa lengua: la acentuación, la prosodia, etcétera... De esta forma, la música que ha concebido el compositor está en función de las características de ese texto, de ahí que no siempre vaya bien traducirla. Por poner un ejemplo, nosotros podemos cantar «Deus in adjutorium meum intende...», o podemos cantar «Dios mío, ven en mi auxilio...», y sí, digamos que puede funcionar, pero en el fondo hay algo que no encaja de la misma manera. Yo creo que el idioma original es el apropiado, las adaptaciones pueden funcionar, pero digamos que no son lo mismo. 

Con motivo del año Anton Bruckner se escuchan hasta motetes en valenciano.

Te contaré una anécdota. En nuestra época de escolanes, como todos los de la Schola, recuerdo que, yo no sé por qué, cantábamos algunos coros del Mesías de Haendel en latín, una cosa realmente absurda, cuando es una obra originariamente pensada en lengua inglesa. Eso por un lado. Y luego cantábamos algunas arias en alemán. Supongo que el director nos dio esas partituras y había que cantarlo sí o sí en alemán así que durante mucho tiempo yo pensé que, como Haendel era alemán, había compuesto el oratorio El Mesías en alemán, pero no. Y es que realmente no funciona.

Usted ha cantado y dirigido en multitud de lugares. ¿Dónde prefiere cantar, en la basílica de San Pedro de Roma o en la catedral de Toledo?

La Catedral de Toledo. San Pedro de Roma es terrible. Aunque la catedral de Toledo también es terrible porque las catedrales son lugares tan grandes que para la música que hacemos las catedrales no son apropiadas. Cualquier iglesia pequeña es mejor, o este sitio (el Almudín de Valencia), es mejor.

«En la Iglesia hay mucha gente muy tradicional que no es que quiera que la misa se haga de espaldas sino que la liturgia se haga dignamente y que la música que la acompaña se haga dignamente»

«Las catedrales son lugares tan grandes que para la música que hacemos no son apropiadas»

¿Y en una catedral románica?

Cualquier catedral ya es grande por definición. Por ejemplo la catedral de Santiago de Compostela, que es románica en su estructura y su volumen, también es muy grande. Pero en cualquier caso, entre esas dos, desde luego la catedral de Toledo, entre otras cosas porque tiene un coro impresionante. 

Viviendo en Marrakech pude escuchar imanes recitar el Corán y rabinos la haciendo lo propio con la Torá. Me llamó la atención una serie de cosas. Por una parte, la musicalización en el canto de ciertas consonantes, como la ene. Y por otra parte observé que para el público o, por ser más exactos, para los fieles, nada de aquello tenía un contenido que nosotros podríamos calificar de musical, es decir, para ellos no era música, sino oraciones y textos sagrados.

El poder de las consonantes en las recitaciones árabes..., ya lo creo. Sí, eso es normal. Los textos sagrados no se pueden recitar de manera normal, hay que ponerlos siempre en otro plano, que es lo que llamamos la cantilación. Y lo mismo que escuchaste a los musulmanes con el Corán y a los judíos con la Torá, a los cristianos ya no podrías porque han perdido esa costumbre. Pero realmente los cristianos han recitado siempre los textos de la misma manera. Para ellos decirlo, hablarlo, no es hacer reverencia hacia el texto del Corán o de la Torá, tienes que ponerlo en un plano que esté un poco por encima de lo que has dicho, puesto que es palabra sagrada. 

Pero en tiempos sí ocurría en la liturgia cristiana.

Así es. Para hacerse oír, los textos no se leían, se recitaban de una manera solemne, de modo que eso hacía que pareciese lo que nosotros convenimos en llamar canto, pero no lo es.

Desde luego no se me ocurre mejor agrupación que la  Schola Antiqua para recitar y cantar los textos bíblicos en Tierra Santa.

No hemos estado nunca allí, ya quisiéramos. Tenemos un contacto allí, un franciscano que está además en el Santo Sepulcro, pero ahora está muy complicado el ir, siempre lo está, pero ahora especialmente. Pero sí es una cosa que nos hubiera gustado hacer. Hemos estado cantando en el Líbano, en un festival, el Al Bustan Festival, donde por cierto tuvimos que ser escoltados por la Guardia Civil. Es lo más cerca que hemos estado de Tierra Santa.

El año pasado, durante la Semana Santa en Jerusalén pude escuchar a sacerdotes del rito latino cantar en un perfecto y entonado árabe. Esto me recuerda a lo que usted ha dicho en alguna ocasión, a saber, que estamos acostumbrados a que los sacerdotes canten poco y mal, pero no así en los ritos orientales.

Y así es. Me refiero, por ejemplo, a los coptos, a los melquitas y otros, que son cristianos pero son árabes, su etnia y su lengua son árabes pero son cristianos. Es uno de los problemas que hay en Siria y otros países actualmente entre católicos y musulmanes. Eso es fantástico porque han mantenido la fe cristiana en lugares mayoritariamente musulmanes, pero es que precisamente la ritualización cristiana se extendió antes por Oriente que por Occidente. Es decir, cuando la ritualización llega a Oriente, a partir del siglo IV y V, es cuando el latín empieza a ser la lengua oficial del cristianismo y ya ha tenido unos siglos de expansión por Oriente, con una variedad de ritos, alejandrinos y otra serie de ritos que todavía existen, aunque ahora son patrimonio de minorías. Y seguramente esto que escuchaste no sería gregoriano, pero sí sería muy parecido a alguno de los repertorios pregregorianos: el canto milanés o el canto romano antiguo. El canto romano antiguo, por ejemplo, bebió mucho de tradiciones orientales y que no son necesariamente tradiciones bizantinas.

«Hemos estado cantando en el Líbano, en un festival, el Al Bustan Festival, donde por cierto tuvimos que ser escoltados por la Guardia Civil. Es lo más cerca que hemos estado de Tierra Santa»

En todas estas cuestiones la investigación y la recuperación es fundamental y ahí entra la labor del musicólogo, pero también de las políticas culturales públicas y de la sociedad civil. ¿Existe en la actualidad una institución financiera que impulse proyectos de recuperación del patrimonio musical español como en su día hizo Caja Madrid?

No. Desde luego como lo hizo Caja Madrid, no. Probablemente porque estamos en un momento económicamente que no es aquel. Y sobretodo fue un momento en el que los que llevaban aquello se dieron cuenta de que había un patrimonio que había que recuperar, no solo desde el punto de vista del concierto, sino desde el punto de vista de la catalogación, del inventario, de las ediciones, que ahí están.

Archivo de la catedral de Toledo, Palacio Real...

Sí, el famoso proyecto de Música Inédita, que era el de catalogar todos los fondos musicales de Patrimonio Nacional, que al final se hizo mucho, aunque no todo, pero se hizo mucho. Y cuando terminó este proyecto, el siguiente fue en la catedral de Toledo: el proyecto de catalogación de los cantorales, los libros también de la liturgia mozárabe de Cisneros y demás. Pero ahora mismo no existe nada comparable. Ahora hay algunos proyectos. Por ejemplo, en Cataluña hay un proyecto de inventario y catalogación de todas las fuentes que están en los edificios religiosos. Pero al final digamos que es menos ambicioso; por ejemplo, excluye los libros de canto llano. Dicen: "«sí, hay tantos libros», pero y ¿el inventario de todos y lo que hay dentro? Que a mí es lo que más me interesa, pero en fin.

¿Cuánto queda por hacer a este respecto en España y en Europa?

Queda muchísimo. En España mucho, y en Europa más, porque tenemos muchas fuentes. Ahora se está digitalizando mucho, hay muchos proyectos de investigación y de digitalización con altísima resolución: todos estos proyectos de Inglaterra, los proyectos a nivel Europeo, Repertorium y demás. Pero es que hay tantas fuentes, tantos fragmentos que son el testimonio de códices perdidos y sobretodo, al final, si lo estudias y lo transcribes y lo publicas, luego falta cantarlo. Estamos hablando de que, para hacernos una idea, solo el Introito del Día de Navidad, solo él, el Puer natus, la misa del día, tiene setecientos tropos distintos a lo largo de la historia, setecientos tropos. Después del Concilio de Trento, los tropos dejaron de cantarse, ya se habían dejado de cantar antes, pero es que no los conocemos. Y en nuestro Gradual tenemos seis melodías de Credo, y cuando vamos a la edición de los Credo de Tadeus Miazga, hay más de setecientas cincuenta melodías de Credo y que nos son desconocidas. Hay trabajo para muchas generaciones. 

Foto: Live Music Valencia

Parece que afortunadamente la historiografía actual, nacional y internacional, va superando los mitos y leyendas propias de la Leyenda Negra, lo que está dando frutos tanto en formato científico y académico como divulgativo y artístico. El documental de José Luis López Linares  España, la primera globalización es quizás el ejemplo más conocido al respecto de cómo el gran público se asoma a nuestra historia y nuestro legado cultural sin los prejuicios y anacronismos de antes. El segundo documental de López Linares se va a centrar en Hispanoamérica, a donde parece que también los hispanos de uno y otro lado del Atlántico empezamos a mirar sin esos prejuicios de otrora. A grandes rasgos, ¿cuál es el estado del patrimonio musical allí, cuánto queda por hacer en ese sentido?

En los últimos años se está trabajando en varias cosas. Hace muchos años ya que, por ejemplo, lo de las famosas misiones jesuíticas de Chiquitos, en Bolivia, digamos que se hizo muy famoso por la rareza: aquellos indios que conservaban los instrumentos barrocos y que tenían partituras de Zelenka y en medio de la selva se ponían a tocar un motete o cualquier cosa, eso llamó mucho la atención. Entonces eso, no es que sea muy conocido, pero se va conociendo más. Pero los archivos están..., en fin, si los archivos españoles están muchos de ellos tan llenos como inexplorados, aquellos mucho más. Es decir, la riqueza que hay en las catedrales y en las grandes las iglesias es extraordinaria, en Puebla, en México, casi en cualquier lugar. Hablo de Puebla, en México, porque Puebla era el lugar adonde llegaban todas las cosas y de allí se repartían, porque México es el sitio primero, digamos, de referencia. Pero Guatemala, ni que decir tiene. Hay códices en Guatemala que tienen cosas de música española que en España se han perdido, con lo cual, prácticamente cualquiera de ellos. Los archivos en Colombia, por ejemplo. La catedral de Colombia tiene un archivo impresionante. En el Perú, allí, cualquiera de las ciudades. En Argentina menos, curiosamente, en Argentina curiosamente no son tan ricos los archivos. En Chile. En Chile hay unas colecciones de canto llano importantísimas que últimamente se han trabajado mucho, como es el caso de David Andrés Fernández, por ejemplo, con música de a partir del siglo XVII. Pero vamos, si aquí faltan cosas por hacer, allí todavía más. Y muchas veces son complementarias, porque lo que se hacía aquí también se hacía allí. 

 

«Hay códices en Guatemala que tienen cosas de música española que en España se han perdido»

«La catedral de Colombia tiene un archivo impresionante»

Volvamos a Umberto Eco, con quien usted por cierto compartió una relación académica y epistolar un tiempo, si mal no recuerdo. En su novela El nombre de la rosa, ¿qué hay de verdad y qué hay de leyenda?

El libro es una obra maestra, la película menos, lo cual suele ser lógico. Simplemente el hecho de que el relato y los capítulos estén centrados en las horas monacales, que si después de vísperas, después de las vigilias y demás. Eso indica un conocimiento por parte de Umberto Eco que es así. Luego, en algunas cuestiones musicales y en algunas cuestiones litúrgicas, digamos que ya la información no es tanta. Hay que tener en cuenta que, claro, si no me equivoco, la acción transcurre en mil trescientos cuarenta y algo, lo recuerdo porque era el precio que tenía en pesetas el libro, mil trescientas cuarenta y siete pesetas, era el año (risas), sí, sí, por eso lo recuerdo, y si no era el cuarenta y siete, por ahí rondaba. Y es justo la época del papado de Avignon, ubicado todo en el seno de una orden benedictina, pero es un franciscano el que visita el monasterio, este Guillermo de Baskerville, junto con su joven discípulo benedictino, Adso de Melk. Entonces en este sentido mezclan un poco todo, es decir, es verdad que el franciscano tiene que cantar con los benedictinos, pero seguramente cantaban cosas distintas y de hecho, bueno, en la película hay una serie de fallos bastante grandes y bastantes serios, pero es una película al fin y al cabo. De hecho hay un making of con Ralph Rulan, quien dirige el coro de laicos que cantaba para la película, enseñándole a Sean Conery a cantar y Sean Conery cantaba fatal, y está ahí, diciéndole «canta esto», y canta muy mal. Pero desde luego la idea esta de que transcurra en un momento dado en un ambiente monástico tan cerrado, cerca del Adviento además, lo que también es interesante, y cerca también de un ensayo para la Navidad, cuando ensayan por ejemplo el Sederunt Principes, o para San Esteban, en fin, estas cosas la hacen muy interesante. Aunque en la película esto se interpreta de otra manera pero claro, el fin de la película era otra cosa, no era resaltar este ambiente. 

Los monasterios, un elemento que pone en solfa el mito oscurantista del período medieval.

Los monasterios eran fundamentalmente centros de cultura, y centros además de atención a los pobres, de atención a los peregrinos. Eran centros de transmisión cultural, eran ellos los que creaban los scriptoria para transmitir la cultura y demás. Y luego centros además de artistas, de compositores, de escultores, de orfebres, de traductores, de tratadistas de todo tipo.

Hablando de tratados, su libro El canto gregoriano: historia, liturgia, formas... es referencia tanto para estudiantes como para especialistas, ¿se ha vertido a otras lenguas?

Hay una traducción al francés sí. Me lo propusieron hace un tiempo y ha debido de salir ya, una traducción que se ha hecho en la Sorbona, hace dos o tres años. Me lo comunicó Alianza Editorial hace tiempo y estaban en trámite de hacerlo.

¿Y hasta qué punto investigaciones recientes pueden modificar algunos aspectos o se hace necesaria en todo caso una nueva edición revisada?

Eso depende de ellos, pero más bien yo haría mis propias modificaciones, que siempre digo, bueno, esto tendría que haberlo enfocado de otra manera, etcétera. Hay una cosa que ya desde el principio lo dudé, pero no lo hice, que es cuando se crea como una especie de definición del canto gregoriano definiéndolo como canto monódico. Bien, es un canto monódico, pero en seguida que había una fiesta, sobre el propio canto gregoriano se improvisaba una segunda voz, con lo cual, este concepto exclusivo de monodia, siempre, no lo es. Pero el resto se mantiene porque no ha habido cambios sustanciales. He recibido algunas críticas a la mención de decadencia, que yo nunca hablé de decadencia. Puse "decadencia" pero con una interrogación. Otros han tratado la decadencia del repertorio en los siglos XVI y XVII y han tratado el repertorio de esa época como si fuera decadente, yo no. Pero alguno se ve que no lo ha entendido y, en fin. Me refiero al resultado de una adecuación de ese repertorio a una realidad musical distinta, y por eso ha sobrevivido, porque ha sido un poco camaleónico. 

«Hay una traducción al francés de mi libro El canto gregoriano: historia, liturgia, formas...»

Usted es custodio de una herencia litúrgico-musical gregoriana sin la que no se comprende el devenir de toda la música occidental del último milenio. En pocas palabras, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de canto hispánico, canto visigótico y canto mozárabe?

Visigótico e Hispánico sería lo mismo. De hecho, lo llamamos hispano-visigótico porque se crea en la época visigoda, que es la época de formación del Reino visigodo de Hispania. El canto mozárabe ya es un poco posterior. Por mozárabes entendemos al grupo humano que surge de los cristianos que viven con los árabes y mantienen su fe después de la invasión musulmana, a partir de 711, y serán ellos los que van a mantener el rito vivo en Toledo, y después de la supresión oficial del canto visigótico en Toledo en 1085, 1080 en general, pero 1085 en Toledo después de la conquista, en ese momento, es cuando se va a empezar a llamar canto mozárabe. Aunque realmente no se va a llamar canto mozárabe, los mozárabes como grupo humano digamos que van a tomar conciencia litúrgica propia distinta al resto del rito romano en Toledo. De hecho, mira, la primera vez que aparece la palabra mozárabe unida al rito es en 1500, no antes, cuando Cisneros manda editar el misal y el título es Misal mistum secundum regula beati Isidori dictum mozarabes (Misal mixto según la regla del bendito Isidoro de los que llaman mozárabes). Antes se hablaba del rito de Toledo, nunca del rito mozárabe, o sea que esto también es importante.

Y los investigadores habláis de tradición A y tradición B.

Sí, lo que es el norte y el sur, pero eso se refiere a los textos, que es lo que más se conoce, las melodías no se conocen. De hecho lo que hemos cantado hoy en Valencia es todo de la tradición del norte. 

Musicalmente, melódicamente, el canto mozárabe se diferencia bastante del canto gregoriano, que es, por lo general, un repertorio y una sonoridad más conocidas.

Imagina que del gregoriano podemos cantar miles de piezas, del repertorio hispano o mozárabe, ya tardío, podemos cantar cuarenta. No podemos comparar porque hemos perdido mucho. Pero eso nos permite establecer algunas diferencias. Por ejemplo, el repertorio hispano, siempre que puede, nada más comenzar, hace un recorrido melódico de octava, cosa que el repertorio gregoriano tarda, o sea, la pieza gregoriana se va desarrollando muy poco a poco, y esto se puede ver en varias de las piezas. Luego, por otra parte, hay saltos de sexta directos, y muchos, en el repertorio hispano y en el repertorio gregoriano, bueno, para que te hagas una idea, en treinta piezas de repertorio hispano, tenemos más de quince saltos de sexta y en todo el repertorio gregoriano tenemos cuatro, lo cual quiere decir que esto formaba parte de una manera de cantar que probablemente también es una manera galicana. Y otra cosa también: las cadencias en el repertorio hispano muchas veces son invertidas, son, primero el grave (DO-RE), casi nunca se desarrollan por grado conjunto descendente (MI-RE), esto es curioso.

Foto: Live Music Valencia

El coro que dirige y en el que además canta como solista, Schola Antiqua, es conocido por recrear litúrgicas latinas medievales o participar de ellas tal y como tenían lugar en la Edad Media. Pero una reconstrucción litúrgica es otra historia, ¿de qué se trata?

En formato de concierto, una reconstrucción litúrgica supone integrar dentro de la parte musical o como complemento a la parte musical todo aquello que se ha dejado abandonado porque no es labor de un compositor. Por ejemplo: las oraciones, las lecturas, todo ese tipo de cosas. Porque pareciera que una misa es sencillamente Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei. De acuerdo, pero ¿qué hay de las lecturas, no forman parte de una misa? No quiero decir que en un concierto deba haber una predicación o una homilía, pero el canto del prefacio antes del Sanctus, la oración pos comunión, todo ese tipo de cosas son las que completan la liturgia.

¿Dónde han llevado a cabo esta labor litúrgico-musical?

En muchísimos sitios. Hemos participado en la liturgia en muchísimos sitios, y reconstrucciones litúrgicas, cada vez que damos un concierto y es posible, intentamos hacer esto e intentamos además convencer a los organizadores, lo que pasa es que unos dicen: «no, no, mejor un concierto», otros dicen, «no, pues mejor esto». Cada vez que hacemos un concierto con otro grupo cantando polifonía siempre intentamos hacer una reconstrucción. De hecho, mira, justamente antes de la pandemia grabamos con Albert Recasens la versión más completa del Oficium Defunctorum de Tomás Luis de Victoria. Son dos CDs. Cuando todo el mundo lo graba en cuarenta y tantos minutos. Para que te hagas una idea, de los cuarenta y tantos minutos que editó Victoria, si intentas reconstruir todo lo que fueron las vigilias y la misa completa para la emperatriz María cuando muere en 1603, hemos pasado, como digo, de los cuarenta y tantos minutos, a cerca de ciento cincuenta. Porque claro, hemos contado con todas las vigilias, las lecturas, con los responsorios, etcétera. Victoria compuso una sola lectura, el Taedet animam mea, pero y ¿el resto? El resto un canto llano. Victoria no compuso responsorios de difuntos, no los compuso para el oficio de difuntos para la emperatriz María, pero es que los había compuesto ya, en 1575, con lo cual, se trataba de retomarlos, o sea que es fácil hacerlo. 

«Antes de la pandemia grabamos con Albert Recasens la versión más completa del Oficium Defunctorum de Tomás Luis de Victoria»

Usted se forjó como músico y gregorianista en la Escolanía musical de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que fue además el lugar de nacimiento de la Schola, fundada por el benedictino don Laurentino Sáenz de Buruaga, allá por 1984 . Tras este bárbaro empeño por parte de algunos políticos en profanar las tumbas del Valle y clausurar la abadía sin más objeto al parecer que el de seguir una agenda ideológica o crear cortinas de humo, ¿cuál es la situación actual de los monjes y de la escolanía?

En cuanto a la escolanía, te diré que ha estado un grupo de nosotros hace dos días cantando, el Domingo de Ramos, y nos hemos llevado una muy grata sorpresa al ver cómo está la escolanía, del nivel musical, de la calidad. Los monjes están, como todos los monjes, faltos de vocaciones, y eso que en el Valle hay al menos seis monjes que tienen menos de cuarenta años, que eso, parece que no, pero ya es decir. Pero claro, la situación política les afecta porque están continuamente con la espada de Damocles: que si se quedan, que si no se quedan, en fin. Así que es una pena que no se separe el contenido, digamos, político, del sitio, que lo tiene, pero que también es un contenido histórico, que no se puede mover, y parece que los que están allí son como el diablo, que tienen orejas y rabo y tal. Al final el Valle es un centro cultural de primer orden, la prueba es que los niños, la escolanía, lo que tiene de calidad es, entre otras cosas, el hecho de es el único coro del mundo que canta gregoriano todos los días del año con los monjes. Y aquí se puede ver,  nosotros, la Schola Antiqua, que ya somos viejos, somos el mejor ejemplo de ello. 

¿Y se puede visitar? 

Sí, sí, se puede visitar a día de hoy, y está además la hospedería, que está abierta, sin ningún problema y se puede escuchar a los monjes cantar. Fray Miguel y Fray Javier hacen una labor más que encomiable en este sentido.

¿Qué importancia tiene un ciclo como este, de músicas religiosas del mundo, formando parte de una institución como el Palau de la Música de Valencia, más asociada por algunos, digamos, a repertorios más sinfónicos o camerísticos?

Realmente es notable y cosas así ayudan a entender muchas cosas. Y sobre todo ayudan a escuchar otras músicas que no son las músicas del patrimonio occidental. Es decir, parece que la música religiosa la identificamos siempre con la música del Renacimiento o la música del Barroco y demás, y sin embargo hay otras tradiciones que son muy ricas o incluso dentro de la tradición monódica de la Iglesia occidental, el canto digamos hispánico, que es el canto propio de la Iglesia española antes de la adopción del canto gregoriano a finales del siglo XI. 

Sobre el concierto de hoy en el Palacio del Almudín de Valencia y la selección del repertorio...

Hemos cantado una reconstrucción del oficio de difuntos según la tradición hispánica porque es que es de lo único que podemos cantar, puesto que es de lo poco que quedó transcrito en una notación que sí podemos entender. Entonces la particularidad que tiene es que es una serie de antífonas y de responsorios con unos textos extraídos de la versión de la Biblia que se manejaba en España, que es la Vetus Hispana. Algunos textos son muy terribles, hablan de que «a la fosa grité tu eres mi padre y a los gusanos, vosotros mi madre y mi hermana», o sea, unas cosas terribles. Y lo que hemos escuchado también han sido unas sonoridades que a veces parecen todas muy iguales pero no son todas iguales, que son las propias de la Iglesia española, o sea que puede sonar todo a canto gregoriano, pero si tenemos una idea de lo que es el canto gregoriano, la modalidad de lo que hemos escuchado no es la modalidad del canto gregoriano.

Por ejemplo, abarcar el ámbito de una octava en poco espacio de tiempo...

La primera pieza no porque es procesional, pero en la siguiente sí, en el Ecce ego viam lo hemos visto.

La Biblia Vetus Hispana, ¿origen?

Pues es una traducción seguramente hecha en España a partir del siglo IV según los modelos de la primera traducción que se hizo de la Biblia al latín en África. Lo cual es interesantísimo, porque ésta se ha perdido, y entonces los estudiosos de la Biblia, para encontrar algunas de las características de lo que llaman la Vetus Africana, acuden a la Vetus Hispana. Las características son, por ejemplo, que los textos son a veces distintos, cambian palabras, etcétera, muy poquito, pero cuando cantas sobre la vulgata te das cuenta de que no es lo mismo. 

  El canto mozárabe se puede cantar con una pronunciación «a la hispana» o «a la italiana», en este caso ha sido...

Por unificar, nosotros lo hemos pronunciado a la italiana, pero seguramente se pronunciaría a la hispana. Esto se nota en las ces, las ges, por ejemplo. Nosotros vamos a decir «ecce ego viam» (a la italiana), pero esto es indistinto, porque nosotros no queremos hacer arqueología tampoco en este sentido.

El fundamentalismo historicista...

Si la gente hoy conoce algo el latín lo conoce seguramente a través de la discografía, e incluso de las liturgias latinas en las que la Iglesia adoptó la pronunciación italiana del latín a partir de comienzos del siglo XX, con lo cual hemos preferido mantener esta pronunciación y sin embargo en otras grabaciones nuestras lo tenemos que hacer por imperativo digamos de los intérpretes, que nos lo exigen así. 

2024 ya son cuatro décadas de la Schola, esto merece ser celebrado.

Así es, estamos inmersos en un proyecto discográfico, es un doble álbum dedicado a la cruz, precisamente en homenaje a los monjes del Valle de los Caídos, en el que hay un repertorio riquísimo, y de hecho hemos grabado ya la mitad. Y además incluso vamos a grabar un Vexilla Regis, de Franz Liszt, porque uno de nuestros colegas es pianista. Franz Liszt cuando compuso sobre las melodías del Liber Usualis de los himnos pero lo compuso como un coral luterano: hizo una melodía variada y luego la melodía del coral con el himno latino, y entonces al mismo tiempo que él toque el piano nosotros vamos a cantar el Vexilla Regis, que es uno de los textos que están muy bien, y de hecho nadie lo ha hecho antes que nosotros, así que es algo muy interesante. Luego tenemos muchos conciertos y una serie de liturgias programadas también en el Valle, como homenaje, y especialmente en junio, que será el aniversario del nacimiento de nuestro fundador, el padre Laurentino.

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