A SUL NO LE DA "CORTE"
Teatro Campoamor de Oviedo 19/03/2013. Director musical, Pablo Mielgo. Director de escena: Emilio Sagi. Reparto: Sandra Fernández, Itxaro Mentxaka, Manel Esteve, Axier Sánchez, Jorge Rodríguez Norton, Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, Oviedo Filarmonía
El pasado martes se inauguró el XX Festival de Teatro Lírico Español con La corte de faraón, obra con música de Vicente Lleó y libreto de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios. Esta "opereta bíblica" marca el inicio de un festival que en esta ocasión se ve mermado en cuanto a número de títulos y funciones, aunque el mero hecho de que arranque en estos tiempos una manifestación artística de este calado, símbolo ya de Oviedo por méritos propios -a pesar de que lo haga debilitada y con las penurias propias del duro período que vivimos-, siempre es motivo de regocijo para los aficionados y para la vida cultural de la ciudad.
En coproducción con el Teatro Arriaga de Bilbao y teniendo a Emilio Sagi como vínculo entre ambas ciudades, se presentó en la capital asturiana un espectáculo que en realidad ya había sido estrenado en la capital vizcaína en abril del año pasado, con un reparto vocal prácticamente idéntico al que se presentó en Oviedo, residiendo la principal diferencia en la soprano que interpretó el personaje de Lota (Carmen Romeu en Bilbao y Sandra Ferrández en Oviedo).
Visualmente se nos ofrece un espectáculo en línea con la esencia de una obra, mitad zarzuela, mitad revista, cuyo libreto rebosa ironía, crítica y sensualidad. Apoyándose en una vistosa escenografía de Daniel Bianco, realzada por el trabajo de iluminación siempre sugestivo de Eduardo Bravo, la estética "Sagi" se despliega a sus anchas y su sello se detecta a cada momento: gestualidad del coro, proyecciones de video sobre el telón, movimientos acuáticos generados por velos, fondos que se agrietan para dar cabida al coro, figuras situadas en proscenio, piezas a modo de puzzle, cambios de escena integrados en la acción, entre otros. Se trata de recursos ya vistos en numerosas ocasiones, pero que siguen funcionando perfectamente, quizás precisamente por su sencillez. La coreógrafa Nuria Castejón supo combinar acertadamente posturas típicamente egipcias con movimientos tanto de ballet clásico como español y el (des)vestuario de Gabriela Salaverri gustó por colorido y variedad, jugando un papel importante en la transformación de la corte.
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