LIBRO: 'RAIMUNDO TORRES', DE SANTIAGO VELA. Por Albert Ferrer Flamarich

"Raimundo Torres". Santiago Vela. Témenos Edicions. Barcelona, 2013 (178 págs.). ISBN: 978-84-941069-8-9

   Son muchos los esfuerzos que desde la musicología española se han realizado durante las tres últimas décadas para compensar la falta de estudios historiográficos específicos. No obstante, a pesar del constante surgimiento de novedades, acontecimientos y destacadas tesis doctorales aún hay campos faltos de aportaciones referenciales o que, al menos, supongan un primer paso serio. Uno de estos terrenos es el de los cantantes catalanes y españoles de la primera mitad del siglo XX.

   Con esta monografía dedicada al barítono catalán Raimundo Torres (1912-1987), Témenos Edicions suma su quinto título a una colección que va perfilándose como ejemplo en el rescate de las figuras históricas de la lírica autóctona del siglo XX. Se trata de una sucinta biografía con un estilo periclitado de crónica, especialmente en lo referente al ámbito familiar. A pesar de la fluidez de su redacción no evita una sensación cansina sobretodo en el repaso de actuaciones. Pero ese es el problema de muchas biografías al no soslayar que el enfoque del autor genere un interés mayor que lo estrictamente informativo. De la actividad profesional se da buena perspectiva: desde sus estudios en Paris, de su amistad con el actor Yul Brynner y su debut en 1937 hasta su retirada de los escenarios en 1974, pasando por muchos teatros europeos y algunos americanos (MET de Nueva York y City Center de Chicago). Cabe destacar el culto del lied y del repertorio sinfónico vocal que incluyó obras de Eslava, Casals, Penderecki y De Severac, además de los entonces infrecuentes operistas Gluck y Rameau que se sumaron a los éxitos verdianos, wagnerianos y de "su" Boris Godunov, entre otros. Las ilustraciones y fotografías, incluyendo algunos autorretratos de innegable calidad, complementan lo ofrecido junto a datos de las actuaciones bien presentados y fácilmente asimilables.

   Esta herramienta matriz de futuros trabajos es voluntariosa, documentada y esquemática pero con ello no basta. Carece de un análisis de repertorio y vocal -ni que sea a partir de los testimonios de época-, así como de reflexiones sobre su trayectoria más allá del elogio. Unos aspectos que si el autor no podía solventar, otros especialistas, sí. Esto hubiera ofrecido un perfil más completo y un contenido más amplío. Los estudios musicales han evolucionado y para lograr un reconocimiento de tareas divulgativas como ésta se exige una aportación más sustanciosa, transversal y con unas conclusiones específicas más allá de lo ofrecido aquí. Por ejemplo, en el apartado "Recuerdos", en el que distintas personalidades rememoran vivencias del protagonista, el discurso de Begoña Torres reincide sobremanera en lo biográfico y lo expuesto por Vela, con lo que la aportación de éste parece una mera reescritura. Por otro lado, se reconoce que el catálogo de actuaciones parte del archivo perfectamente estructurado que legó el cantante. Con todo cabe recordar que la cultura, y más en España, debe mucho a la labor de los diletante. Con todo, bienvenido.

Errores:
   Al margen de un espacio sobrante entre palabras -error frecuente a lo largo del libro-, cabe citar la innecesaria e irritante castellanización de nombres como Juan Manén (pág. 28) y Palacio de la Música (pág. 38). Tampoco queda elegante la maquetación de la página 43, así como es de puerilidad estilística la cita de los nombres de las obras enteramente en mayúscula -y no en negrita o cursiva-. Por otro lado, la inclusión de obras religiosas del dentro del catálogo lírico es un error metodológico fruto de parámetros tan arcaicos en la distinción de géneros como incluir las arias de algunas óperas en el capítulo de repertorio de lieder. El debate sobre si las piezas formalmente son asimilables o no, no justifica su catalogación bajo un mismo género -consideraciones sociológicas de ello aparte, claro está-.