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Crítica: Oksana Lyniv dirige la «Quinta» de Bruckner en Bolonia

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Autor: Magda Ruggeri Marchetti
17 de enero de 2024

Crítica del concierto de la Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia, con la Quinta sinfonía de Bruckner bajo la dirección de Oksana Lyniv 

Oksana Lyniv

Una música de contrastes

Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 14-I-2024. Auditorium Manzoni. Temporada sinfónica del Teatro Comunale. Sinfonía nº 5 en si bemol mayor, WAB 105 (Cahis 7) de Anton Bruckner. Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia. Director: Oksana Lyniv.

   La efeméride del bicentenario del nacimiento de Anton Bruckner ha sido la ocasión para proponer su música como apertura de la temporada sinfónica 2024 del Teatro Comunale en un concierto exclusivo y para dedicar a este gran compositor algunas de sus páginas más célebres en cuatro veladas. 

   Dirige la orquesta Oksana Lyniv, de quien hemos hablado a menudo en esta revista. Considerada internacionalmente como uno de los directores más interesantes de su generación, en 2020 ha sido premiada por la revista alemana Oper como mejor director de orquesta del año. Además de los numerosos compromisos con el Teatro Comunale de Bolonia, en 2022 y 2023 ha dirigido conciertos con los München Philharmoniker, la Philharmonic Orchestra de Londres, la Orquesta del Teatro Regio de Turín y los Wiener Philharmoniker, por citar algunos. En el verano ha dirigido Medea de Cherubini en la Staatsoper Unter den Linden y ha vuelto al podio de Bayreuth con Der fliegende Hollander.

   En esta velada propone la Sinfonía nº 5 de Bruckner, consciente de la dificultad de esta partitura, teniendo la directora que construir «inmensas catedrales de sonido y reproducir especiales atmósferas místicas que evoquen el olor del incienso, de modo que todo oyente pueda evadirse de la vida cotidiana durante una hora de música saliendo del concierto espiritualmente enriquecido». 

Oksana Lyniv en Bolonia

   Bruckner empezó a componer la Quinta sinfonía por el segundo movimiento, el Adagio que en la primera página lleva la fecha de 14-2-1875, mientras que la Introducción del primer movimiento está fechada el 3 marzo y el Final el 7 de noviembre 1875. La revisó totalmente en 1876 y nuevamente en los dos años sucesivos. Es la revisión de 1878 la elegida por Oksana Lyniv. La Quinta permaneció muchos años en el olvido hasta que en 1893 Franz Shalk, alumno de Bruckner, fue nombrado director del Teatro de Graz y la dirigió el 9 de abril de 1894 aportándole modificaciones significativas y obteniendo una acogida triunfal. El autor no la llegó a oír ejecutada por una orquesta porque, ya enfermo, falleció en 1896. 

   La Quinta comienza con un Adagio, una introducción lenta, y el Allegro sucesivo se articula en tres temas, tierno el primero a cargo de las cuerdas, cantable el segundo y ritmado el tercero. El Adagio introductivo está destinado a tener un peso en todos los movimientos sucesivos. El Adagio del segundo movimiento expresa una dicotomía con sus dos temas. Sobre el pizzicato de las cuerdas se instala la melodía del oboe y estos elementos se alternan con fuerte sonoridad o con pianissimos. La interpretación de Lyniv se caracterizó por la perfecta resolución de los contrastes. El Scherzo repite el primer tema del Adagio y la directora le imprimió un impulso rítmico casi de danza determinando una gran positividad, sabiendo también subrayar la alternancia entre trompas, maderas y metales en un rápido crescendo. La introducción vuelve en forma abreviada al comienzo del cuarto movimiento. En el final, definido como «summa» del arte de la fuga y del contrapunto, la melodía de los tres movimientos precedentes se vuelve vital, así como aparece viva la forma de la sinfonía. El coral fugato es una concepción sinfónica genial y monumental que termina en una conclusión grandiosa, solemne, una exaltante afirmación musical.

   Impecable la prueba de la Orquesta Sinfónica del Teatro Comunale que, entregada y competente, supo seguir la batuta de la directora. El público estalló en aplausos y ovaciones, resistiéndose a abandonar la sala pero sin conseguir ningún bis.

Fotos: Andrea Ranzi

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