Crítica: La Orquesta y Coro Nacionales de España clausura de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea

Celebrar la música española

Por Raúl Chamorro Mena
Madrid, 21-XII-2023. Auditorio Nacional. Concierto de clausura de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Obras de Pau Casals, Cristóbal Halffter, Luciano Berio, Alicia Díaz de la Fuente, María de Pablos, Georg Philip Telemann, José Luis Turina, María Rodrigo, Federico García Lorca, Manuel de Falla y Francisco Asenjo Barbieri. Marisa Paredes, presentadora. Margarita Rodríguez, soprano. María Toledo, cantaora. Orquesta y Coro Nacionales de España. Director: Jordi Bernácer. 

   Con asistencia de SS MM los Reyes de España, el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez y sus ministros, entre otras muchas personalidades y con importantes medidas de seguridad, se celebró este concierto que ponía broche final a la quinta presidencia española del Consejo de la Unión Europea. 

   Hay que celebrar, que se apele la música llamada clásica, con profunda conexión popular en este caso, para esta celebración, con un programa circunscrito a la música española o bien, relacionada con figuras especialmente conectadas con la cultura española y que representan la influencia de la música y demás manifestaciones artísticas nacionales en la cultura europea. En un primer vistazo del variado programa, que se interpretó sin solución de continuidad, se apreciaba la preponderancia de la música del siglo XX y la casi nula presencia del romanticismo decimonónico, que quedó para la propina, representado por la Zarzuela, el género lírico hispano por excelencia, que merecía una mayor presencia, aunque cerrar el concierto de manera brillante le otorgara cierta especialidad. Quedó fuera la labor sinfónica de muchos de los compositores particularmente ligados con la Zarzuela o personalidades como Pedro Miguel Marqués. De cualquier forma, el programa incluyó obras muy interesantes, muchas de ellas inhabituales y difíciles de escuchar en las salas de concierto.

   El evento fue presentado por la veterana y reconocida actriz Marisa Paredes, un tanto borrosa de dicción y afectada en la expresión. 

   Después de tocar, como es preceptivo, e himno de España y el de la UE, la Orquesta Nacional abordó el Himno a la paz de Pau Casals y posteriormente un bloque de obras que tienen su origen o reciben la impronta del instrumento español por antonomasia, la guitarra. De este modo, el preludio para Madrid 92 de Cristóbal Halffter (1930-2021) basado en el Fandango del Padre Antonio Soler, obra paradigmática de la música española del siglo XVIII, sonó genuino, a pesar de cierta borrosidad de exposición, en la interpretación de Jordi Bernácer al frente de la Orquesta Nacional con un coro Nacional entregado y sonoro. El sonido de la guitarra también inspira la Rittirata notturna di Madrid de Luigi Boccherini ofrecida a continuación en versión de 1975 a cargo de Luciano Berio, y en el que se lució la cuerda de la orquesta en la apropiada traducción del inexorable crescendo que contiene el pasaje. 

   Para finalizar este primer bloque un estreno absoluto, a cargo de la compositora Alicia Díaz de la Fuente, premio Nacional de música en 2022, Resonancias de las Folías de España, una mirada contemporánea a esta danza renacentista, que se combina en esta creación de Alicia Díaz con la Oda a la alegría de la novena sinfonía de Beethoven. Muy interesante esta composición, pues, además de las subyugantes sonoridades orquestales, integra perfectamente a la voz humana representada por el coro y una soprano encarnada son cumplidora solidez por Margarita Rodríguez. Buena traducción de la obra por parte de Jordi Bernácer, la Orquesta y el Coro Nacionales a notable nivel. 

   La figura inmortal de Don Quijote de Cervantes no podía faltar en este concierto, pues ha inspirado, junto a otras de las áureas letras españolas, tantas obras musicales. Entre ellas, se ofreció un pasaje del setecientos, el cuarto movimiento de la suite Burlesca del Quijote de Telemann, traducida con escasa propiedad estilística, y otro del siglo XX, un fragmento coral de la ópera Don Quijote en Barcelona de José Luis Turina, en el que volvió a lucirse el coro Nacional. Previamente, otro personaje histórico de tanta importancia como el Cid Campeador nos permitió escuchar música de la malograda compositora segoviana María de Pablos (1904-1990), una especie de pionera de precoz talento, que no lo tuvo nada fácil por su condición femenina en la época que le tocó vivir. Con apenas 23 años de edad y bajo la égida de su Maestro Conrado del Campo, compuso el poema sinfónico Castilla basado en el poema del mismo nombre de Manuel Machado inspirado por la figura de El Cid. Se interpretó el primer movimiento, la llanura castellana, en la que Bernácer y la Orquesta Nacional pusieron el adecuado relieve a una obra de ecos impresionistas combinados con la hondura orquestal germánica, si bien se echó de menos en la interpretación escuchada, una mayor articulación y transparencia. 

   María Rodrigo (1888-1967) fue la primera mujer en estrenar una ópera en un teatro abierto al público en España, después de que Luisa Casagemas (1863-1942) lograra presentar su ópera Schiava e Regina en el Palacio Real de Madrid, pero sólo ante la presencia de la Real Familia, como subraya Rafael Fernández de Larrinoa en su artículo del programa de mano. Becqueriana, ópera en un acto con música de María Rodrigo sobre libreto de los Hermanos Álvarez Quintero, vio la luz en 1915 en el Teatro de la Zarzuela. Hay que celebrar, también, a la espera de una representación escénica de esta obra, que fue recuperada en 2016, como tantas otras gracias al empeño de José Luis Temes, la inclusión en este concierto de la marcha de la ópera referida, en la que Bernácer mostró adecuado impulso rítmico, a falta de mayor elegancia y paleta de colores.

   El gran poeta y dramaturgo Federico García Lorca realizó una gran aportación a la música popular española con la recopilación y arreglo pianístico de una colección de canciones folklóricas. La magnífica cantaora María Toledo tradujo con su combinación de hondura, timbre singular, acentos y sólida preparación musical una selección de las mismas -Anda Jaleo, Zorongo, Las morillas de Jaén, Los pelegrinitos y Sevillanas del Siglo XVII- con diversos arreglos orquestales.

   Nunca deja uno de admirar la capacidad de Manuel de Falla, probablemente nuestro músico más Universal, para recoger las corrientes musicales de la vanguardia europea de la época y fusionarlas con el folklore español, fundamentalmente el andaluz. Incluida la capacidad para evocar en sus obras a la guitarra española. Perfecto ejemplo de ello es el ballet El Sombrero de tres picos en el que la seguidilla, el fandango, la farruca o la jota se convierten en Universales entre el moderno y esplendoroso colorido orquestal. Jordi Bernácer ofreció una traducción de la Suite núm 2 genuina, plenamente idiomática, vibrante e incandescente, al frente de una Orquesta Nacional a muy alto nivel en una música «propia» y que conocen como nadie. Notable la cuerda, magníficas las maderas y brillantísimos, muy seguros los metales. 

   Fuera de programa y, como no podía ser de otra forma, se interpretaron dos pasajes de Zarzuela de uno de nuestros más talentosos músicos, Francisco Asenjo Barbieri, del que se cumple este año 2023 el bicentenario de su nacimiento. El preludio y coro general de El Barberillo de Lavapiés y las seguidillas de Pan y toros pusieron brillante broche al evento.   

Fotos: OCNE