CODALARIO, la Revista de Música Clásica
Está viendo:

Crítica: Virginia Martínez se despide como titular de la Sinfónica de la Región de Murcia

  • Comparte en Facebook
  • Comparte en Twitter
  • txcomparte_whatsapp
Autor: Codalario
6 de junio de 2023

Crítica del último concierto de Virginia Martínez como directora musical titular de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia

Virginia Martínez y la Sinfónica de la Región de Murcia

Esplendorosa despedida 

Por José Antonio Cantón
Murcia, 02-VI-2023. Auditorio y Centro de Congresos ‘Víctor Villegas’.  Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (ÖSRM). Solistas: William Wallace (tenor) y José Antonio López (barítono). Directora: Virginia Martínez. Obra: La Canción de la Tierra de Gustav Mahler.

   Queriendo dar un definitivo sentido a su último concierto como titular de la ÖSRM durante más de una década, Virginia Martínez ha programado la obra más característica de Gustav Mahler como hombre y músico: Das Lied von der Erde (La Canción de la Tierra) cuyo título completo original se ha de traducir como Una sinfonía para voz tenor y alto (o un barítono) y orquesta (basado en 'La Flauta China' de Hans Bethge). Para esta ocasión han intervenido el tenor británico William Wallace y uno de los cantantes más singulares de nuestro elenco patrio con más proyección internacional como es el gran barítono ilorcitano José Antonio López. Una tensión previa se palpaba en el ambiente del auditorio murciano como resultado de una especie de premonición colectiva respecto a la trascendencia de la despedida de la directora. Se reflejaba tal estado de ánimo desde la naturalmente desordenada afinación previa de la orquesta hasta llegar a esa temperada convergencia que siempre le pide su concertino, Darling Dyle, antes de cada actuación. 

   Los intensos primeros sones de la Canción báquica por la miseria de la tierra vinieron a anticipar el excelente estado de forma de los músicos para afrontar una obra de tan compleja estilística y variable forma. Con un gesto muy efectivo, Virginia contuvo la pasión inicial que propone Mahler sin que dejara de manifestarse la expansión acústica que requiere su genial orquestación, alcanzado ese difícil equilibrio entre crudeza y nobleza expresivas. Sólo el restringido caudal de voz del tenor rompía con el planteamiento que requiere su espectacular comienzo, al percibirse necesitado siempre de fuerza en emisión y proyección vocales.

   Con la intervención de José Antonio López en el segundo poema, El solitario en otoño, Virginia Martínez quiso descubrir una de los momentos de soledad que de forma sublime se han materializado en música a lo largo de la historia. La cuerda manifestó una magnífica conjunción en su final como contrapartida a una sección de madera que sonaba con total responsabilidad solística de manera realmente admirable en cada uno de sus componentes, lo que favorecía el elocuente del canto del barítono.

   Con la descripción musical del contenido poético de los versos de Li-Tai-Po  del tercer episodio, De la juventud, que la directora no dejaba de detallar a sus profesores, quedaba demostrado hasta que el alto grado de mutua identificación entre pódium e instrumento se ha llegado en esta relación artística. La sinuosidad pentatónica que fluía de la batuta así como el sentimiento de languidez resultante dejaron patente un enorme trabajo de detalle realizado en los ensayos. El tenor sólo se esforzaba en destacar las emociones resultantes ya que su voz quedaba sobrepasada por la sonoridad orquestal,

   Por su parte, el barítono se encontró cómodo en la expresividad que requiere el cuarto pasaje, De la belleza, descubriendo esa especial relación entre música y semántica tan particular de Mahler y desarrollando ese particular sentido del lied sinfónico, género del que este compositor es un verdadero genio. Alcanzó un grado sublime en el último episodio, Der Abschied (La despedida), momento poético cumbre de La Canción de la Tierra, con el que José Antonio López marcó la excelencia de su arte canoro, reflejando el inmenso dolor que significa despedir a un amigo, a la vez que expresaba un lirismo absoluto en la contemplación de la naturaleza percibida y sentida como un infinito y constante anhelo de vida. Poder transmitir todos estos sentimientos representa dominar todo un modelo de canto que trasciende la música misma para adentrarse en lo más profundo de la sensibilidad del oyente. Así ocurrió en este concierto realmente memorable de esta esplendorosa despedida de Virginia Martínez de la que será siempre su orquesta.

Foto: Sinfónica de la Región de Murcia

  • Comparte en Facebook
  • Comparte en Twitter
  • txcomparte_whatsapp

Compartir

<< volver

Búsqueda en los contenidos de la web

Buscador

Newsletter

Darse alta y baja en el boletín electrónico